Te entrego mi voluntad, dame a cambio tu Divina Voluntad: ¡Oh Santísima Trinidad! ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús!
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús!: en este viernes primero invitamos especialmente a Santa Margarita María de Alacoque a Santa Faustina Kowalska y a todos los santos devotos del Sagrado Corazón de Jesús, a todas las almas del purgatorio, a los que están en el seno de papito Dios y a todos les extemos el manto de tu Querer, en este día tan lleno de gracias infinitas dedicado a consolar y reparar tu Amantísimo Corazón; tu nos dices a través de Santa Margarita en la octava de la fiesta de Corpus Christi de 1675:
"He aquí el Corazón que tanto amó a los hombres, que nada guardó, hasta agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Como reconocimiento no recibo de la mayoría de ellos sino ingratitud, por sus irreverencias y sus sacrilegios, y por la frialdad y desprecio que tienen por mí en este sacramento de amor. Pero lo que me es más sensible y doloroso es que son corazones consagrados que proceden así"
Por eso en Divina Voluntad, sumergidos en este mar, queremos comulgar a nombre de todos los hombres de todos los tiempos, nos revestimos de Tu Humanidad y de Tu Divinidad para darte amor en mí comunión que haré este día y no solo eso vamos a todas las comuniones de todos los hombres de todos los tiempos y les llevamos el amor que tu recibiste de tu propia Humanidad y de tu propia Divinidad cuando te comulgaste a ti mismo. Les llevamos el amor de Ntra. madre Santísima, su pureza, sus oraciones, sus giros, les llevamos el amor de Luisita, y sus giros; les llevamos el amor de todos los santos extendidos en el manto de tu Querer, especialmente de tus almas consagradas que más te amaron, damos voz a la creación y se las llevamos y toda la creación te dice: te amo, te alabo, te bendigo, te agradezco, gloria, Venga tu Reino y toda la creación te besa y se da toda la creación a ti en cada comunión, todos queremos reparar con tu propia reparación por tanta indiferencia, irreverencia, tibieza, falta de amor, ya no pienses en eso, ve mejor nuestro amor en Divina Voluntad multiplicado hasta el infinito, esto en este día, pero también en todas las comuniones de todos los tiempos aunque no sea viernes primero y hacemos reparación, te honramos en Divina Voluntad, te pedimos perdón por nuestros pecados y los del mundo entero y reparamos a modo Divino las indignidades que tu recibes durante el tiempo en que estas expuesto en todos altares de todos los tiempos. Dilata Oh amantísimo Jesús; que Tu Corazón se dilate y esparza, en abundancia, las influencias de tu divino amor sobre todos los hombres ya que nosotros te queremos dar honra Divina a nombre de todos los hombres pasados presentes y futuros; se una fuente inagotable de misericordia para todos los pecadores; perfecciona a todas las almas fervorosas y divinizanos a todos; a todos tus sacerdotes dales el poder de tocar las almas más empedernidas. Queremos propagar una gran devoción a Tu Sacratíisimo y Amantísimo Corazón todos los viernes primero a nombre de todos los hombres; por eso derrama ¡Oh amantísimo Jesús! tus gracias y tu Vida Divina a todos los hombres en este día tan grande donde derramas gracias extraordinarias para todos, ten nuestros nombres inscritos en Tu Amantísimo Corazón.
Tu nos dices en tu palabra: "Venid a mí, todos los que estáis afligidos bajo la carga, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, porque yo soy manso y humilde de corazón y encontrareis descanso para vuestras almas. Pues mi yugo es suave y mi carga es ligera". (Mt 11, 28-30)
Tomamos el milagro en Divina Voluntad de de tener los atributos de Tu Corazón, Tu dulzura, Tu mansedumbre, Tu humildad, Tu ternura, bebemos de Tu Corazón: continuamente, en cada latido, en cada respiro, ven Jesús y late: vive en nuestros corazones, ya no queremos tener nuestro corazón, que este en tu corazón nuestro corazón para que el fuego de Tu Corazón queme nuestro germén de mal hasta llegar pronto a la plenitud de la Vida Divina, descargamos nuestras cargas, nuestros pecados en Tu Corazón Amantísimo por medio de la confesión sacramental a nombre de todos, confiamos que tu te encargarás de todo lo nuestro, confiamos que vas a hacer maravillas en nosotros por medio de tu Amantísimo y Queridísimo Corazón.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús: confíamos en tíi!
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús: confíamos en tíi!
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús: confíamos en tíi!
a nombre de todos los hombres pasados, presentes y futuros.
Y esta oración, este giro, lo multiplicamos hasta el infinito, en cada respiro, en cada latido, en cada movimiento, en todos los bienes de la Creación, Redención y Santificación. Amén, amén, amén.
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