Oraciones de Jesús al Padre en los
escritos de Luisa Piccarreta
La primera y única oración que Jesús enseña a
su Iglesia, a través de sus apóstoles, es el “Padre
Nuestro”, oración que se ha repetido innumerables
veces en toda su Iglesia, razón por la que la ponemos
en primer lugar, aunando a ésta, la explicación que
Él da de ella a través de Luisa, en los escritos de la
Divina Voluntad:
El Padre nuestro no es petición, es promesa de
un reino no establecido aún.
«Padre nuestro que estás en los Cielos,
santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase
tu Voluntad COMO en el cielo, así en la tierra,
danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 85
nuestras DEUDAS, no nos INDUZCAS a tentación,
y libranos del MALIGNO»
‘Padre nuestro que estás en los Cielos.’ No dije
Padre mío, sino que lo llamé Padre de toda la familia
humana, para comprometerlo en lo que debía
agregar: ‘Que todos santifiquen tu nombre, a fin de
que venga tu reino sobre la tierra y tu Voluntad se
haga como en el Cielo así en la tierra.’ Era ésta la
finalidad de la Creación y Yo pedía al Padre que se
cumpliera. En cuanto Yo recé, el Padre cedió a mis
súplicas y formé el germen de tanto bien, y para
hacer que este germen fuera conocido, enseñé a
los apóstoles mi oración y estos la transmitieron
a toda la Iglesia, a fin de que así como el pueblo
del futuro Redentor encontraba la salvación en
Él y se disponían a recibir al Mesías prometido,
así con este germen formado por Mí, la Iglesia
ruega y repite tantas veces mi misma oración y se
dispone a recibir, el que reconozcan y amen a mi
Celestial Padre como Padre de ellos, de manera
de merecer ser amados como hijos y reciban el
gran bien de que mi Voluntad se haga como en
el Cielo así en la tierra. Los mismos santos han
formado su santidad en este germen y en esta
esperanza de que mi Voluntad se haga como en
el Cielo así en la tierra, los mártires han esparcido
su sangre, no hay bien que no derive de este
germen, así que toda la Iglesia ruega, y así como
las lagrimas, las penitencias, las oraciones para
tener al Mesías eran dirigidas hacia aquella Virgen
excelsa, a la cual debía disponer para concentrar
tanto bien para poder recibir a su Salvador, si bien
86 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad
no conocían quien fuese, así ahora, la Iglesia
cuando recita el Padre Nuestro es propiamente por
ti que ruega, para hacer que concentre en ti todo
el bien que contiene mi Querer, el modo, el cómo
la Voluntad Divina tenga Vida en la tierra como
en el Cielo. Y si bien no eres conocida, la Iglesia
haciendo eco a mi oración: ‘Sea hecha tu Voluntad
como en el Cielo así en la tierra’, me ruega, me
apresura a que concentre todo este bien en una
segunda virgen, a fin de que como otra salvadora
salve a la humanidad en peligro, y haciendo
uso de mi inseparable Amor y Misericordia oiga
favorablemente mi misma plegaria unida a aquella
de toda la Iglesia y haga regresar al hombre a su
origen, a la finalidad con la que lo he creado, esto
es, que mi Voluntad se haga en la tierra como en
el Cielo.9
+ + +
Cuando mi Fiat Voluntas Tua tenga su
cumplimiento como en el Cielo así en la tierra,
entonces vendrá el pleno cumplimiento de la
segunda parte del Pater Noster, esto es: ‘Danos
hoy nuestro pan de cada día.’ Yo decía, Padre
nuestro, a nombre de todos te pido tres clases de
pan cada día:
1.- el pan de tu Voluntad, que es más que pan,
porque si el pan es necesario dos o tres veces al
día, en cambio éste es necesario a cada momento,
en todas las circunstancias, es más, debe ser no
9 15-15 (Abril 14, 1923)
Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 87
sólo pan, sino como aire balsámico que lleva la
vida, la circulación de la Vida Divina en la criatura;
Padre, si no es dado este pan de tu Voluntad no
podré jamás recibir todos los frutos de mi Vida
Sacramental,
2.- que es el segundo pan que todos los días
te pedimos; ¡oh! cómo se encuentra mal mi Vida
Sacramental porque el pan de tu Voluntad no los
alimenta, es más, encuentra el pan corrupto de la
voluntad humana, ¡oh! cómo me da asco, cómo lo
rehúyo, y si bien voy a ellos, pero los frutos, los bienes,
los efectos, la santidad, no puedo darlos, porque
no encuentro nuestro pan, y si alguna cosa doy es
en pequeña proporción, según sus disposiciones,
pero no todos los bienes que contengo, y mi Vida
Sacramental espera pacientemente que el hombre
tome el pan de la Voluntad Suprema para poder dar
todo el bien de mi Vida Sacramental. Ve entonces
cómo el Sacramento de la Eucaristía, y no sólo éste,
sino todos los Sacramentos dejados a mi Iglesia
e instituidos por Mí, darán todos los frutos que
contienen y tendrán pleno cumplimiento cuando el
pan nuestro, esto es, la Voluntad de Dios, se haga
como en el Cielo así en la tierra.
3.- Después pedía el tercer pan, es decir, el
material. ¿Cómo podía decir danos hoy nuestro pan,
si el hombre debiendo hacer nuestra Voluntad, lo
que era nuestro era suyo? El Padre no debía dar el
pan de su Voluntad, el pan de mi Vida Sacramental,
el pan diario de la vida natural a hijos ilegítimos,
usurpadores, malos, sino a hijos legítimos, buenos,
que tendrían en común los bienes del Padre, por
88 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad
eso Yo decía danos nuestro pan, entonces comerán
el pan bendito, todo sonreirá en torno a ellos, la
tierra y el Cielo llevarán la marca de la armonía de
su Creador.
Después agregué: ‘Perdónanos nuestras
deudas como nosotros las perdonamos a nuestros
deudores’, así que también la caridad será perfecta,
entonces será perfecto el perdón, tendrá la marca
del heroísmo como la tuve Yo en la cruz; cuando
el hombre coma el pan de mi Voluntad como lo
comía mi Humanidad, entonces las virtudes serán
absorbidas en mi Voluntad y recibirán la marca del
verdadero heroísmo y de virtudes divinas, serán
como tantos riachuelos que brotarán del seno del
gran mar de mi Voluntad.
Y si agregué: ‘Y no nos induzcas en tentación.’
¿Cómo lo podría inducir Dios en tentación? Era
porque el hombre es siempre hombre, libre por sí
mismo, porque Yo no le quito jamás los derechos
que al crearlo le di, y él, asustado y temiendo de sí
grita en silencio, reza sin expresarse en palabras:
‘Danos el pan de tu Voluntad, a fin de que podamos
rechazar todas las tentaciones y en virtud de este
pan líbranos de todo mal.’ Así sea.
Ve entonces como todos los bienes del hombre
reencuentran su reanudación, el vínculo estrecho del
hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza,
la validez de cada acto suyo, la restitución de los
bienes perdidos, la firma y la seguridad de que
le viene dada nuevamente su perdida felicidad
terrestre y celeste. Así que era tan necesario que mi
Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 89
Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra,
que Yo no tuve otro interés ni enseñé otra oración
sino el Padre Nuestro, y la Iglesia, fiel ejecutora y
depositaria de mis enseñanzas la tiene siempre
en boca y en cada circunstancia, y todos, doctos
e ignorantes, pequeños y grandes, sacerdotes y
seglares, reyes y súbditos, todos me piden que mi
Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra.10
+ + +
Ahora pensaba entre mí: “Nuestro Señor en el
Padre Nuestro nos enseña a decir, a pedir, ‘hágase
tu Voluntad’, ¿entonces por qué dice que quiere
que se viva en Ella?”
“Hija mía, el ‘hágase tu Voluntad’ que Yo enseñé
a pedir en el Padre Nuestro, significaba que todos
debían rogar que al menos hicieran la Voluntad de
Dios, y esto es de todos los cristianos y de todos
los tiempos, no se puede decir cristiano si no se
dispone a hacer la Voluntad de su Padre Celestial.
Pero tú no has pensado en la frase que viene
inmediatamente después: ‘Como en el Cielo así en
la tierra’. El como en el Cielo así en la tierra significa
vivir en el Querer Divino, significa rogar que venga
el Reino de mi Voluntad a la tierra para vivir en Él.
En el Cielo no sólo hacen mi Voluntad, sino que
viven en Ella, la poseen como cosa y Reino propio,
y si la hicieran y no la poseyeran no sería plena su
felicidad, porque la verdadera felicidad comienza
en el fondo del alma. Hacer la Voluntad de Dios no
10 15-20 (Mayo 2, 1923)
90 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad
significa poseerla, sino someterse a sus órdenes,
en cambio vivir en Ella es posesión. Por eso en
el Padre Nuestro está la petición: En las palabras
‘Hágase tu Voluntad’, que todos hagan la Voluntad
Suprema; y en el ‘como en el Cielo así en la tierra’,
que el hombre regrese en aquella Voluntad de
donde salió, para readquirir su felicidad, los bienes
perdidos y la posesión de su Reino divino”.11
+ + +
“Hija mía, en cuanto Adán pecó Dios le hizo la
promesa del futuro Redentor; pasaron siglos, pero
la promesa no vino a menos, y las generaciones
tuvieron el bien de la Redención. Ahora, cuando
vine del Cielo y formé el reino de la Redención,
antes de partir al Cielo hice otra promesa más
solemne, la del reino de mi Voluntad, y ésta la
hice en el Padre Nuestro, y para darle más valor
y para obtenerlo más pronto, esta promesa formal
la hice en la solemnidad de mi oración, pidiendo al
Padre que hiciera venir su reino, que es la Voluntad
Divina como en el Cielo así en la tierra, y me puse
Yo a la cabeza de esta plegaria, conociendo que
tal era su Voluntad y que rogado por Mí no me
habría negado nada, mucho más que con su misma
Voluntad Yo rogaba y pedía una cosa querida por
mi mismo Padre, y después de haber formado esta
plegaria ante mi Padre Celestial, seguro que me
era concedido el reino de mi Voluntad Divina sobre
la tierra, la enseñé a mi apóstoles a fin de que la
enseñaran a todo el mundo, para que uno fuera el
11 20-11 (Octubre 15, 1926)
Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 91
grito de todos: ‘Hágase tu Voluntad como en el Cielo
así en la tierra’. Promesa más cierta y solemne no
podía hacer; los siglos para Nosotros son como un
punto solo, y nuestras palabras son actos y hechos
cumplidos. Mi mismo rogar al Padre Celestial:
‘Venga, venga tu reino, hágase tu Voluntad como
en el Cielo así en la tierra’, significaba que con mi
venida sobre la tierra el reino de mi Voluntad no
era establecido en medio a las criaturas, de otra
manera habría dicho: ‘Padre mío, sea confirmado
nuestro reino que ya he establecido sobre la tierra,
y nuestra Voluntad domine y reine’. En cambio
dije: ‘Venga’, esto significaba que debe venir y las
criaturas deben esperarlo con aquella certeza con
que esperaron al Redentor, porque está mi Voluntad
Divina unida y comprometida en aquellas palabras
del Padre Nuestro, y cuando Ella se compromete
es más que cierto lo que promete.”
12
+ + +
Frases que pueden servir de oración
(giros), tomadas de los libros sobre la
Divina Voluntad de Luisa Piccarreta.
“Señor, haz de mí lo que quieras.”
Niñito, eres pequeño y fuerte, de ti espero todo
consuelo; niñito gracioso y bello, Tú enamoras aun a
las estrellas; niñito, róbame el corazón para llenarlo
de tu Amor; niñito tiernito, hazme a mí niñito; niñito, eres un paraíso, ¡ah! hazme ir a divertirme en la
eterna sonrisa.
“Jesús mío, todo por amor tuyo, estos dolores
sean tantos actos de alabanza, de honor, de
homenaje que te ofrezco, estos dolores sean tantas
voces que te glorifiquen y tantos testimonios que
digan que te amo.”
“Señor, es verdad que no soy digna de amarte,
pero al menos acepta esta pena, que quisiera
amarte y no puedo.”
“Mi buen Jesús, te pido que hagas la paz con el
mundo.”
“Señor, te ofrezco tus llagas, tu sangre, el uso
santísimo de tus santísimos sentidos que hiciste
en el curso de tu Vida mortal, para repararte las
ofensas y el mal uso de los sentidos que hacen las
criaturas.”
“Gran Dios, demasiado poco es mi sufrir, no
estoy contenta sólo con la cruz, sino que quiero
también las espinas y los clavos, y si yo no lo
merezco, porque soy indigna y pecadora, Vosotros
ciertamente podéis darme las disposiciones para
merecerlo.”
¡Ah Señor, líbrame de tanta desgracia y del
monstruo abominable del pecado!
Sea siempre bendito y todo sea para glorificarlo
en todo y siempre.
Ah Señor, solo Tú puedes poner en orden mi pobre
alma.
¡Ah Señor! tenme toda absorbida en este espejo
divino a fin de que ninguna otra sombra de intención
tenga yo en mi obrar.
¡Ah Señor, dame la fuerza para sostener el dolor!
“Amado mío, sabes que no puedo estar sin Ti, no
obstante me haces esperar tanto, hasta hacerme
desfallecer; dime al menos, ¿cuál es la causa, en
qué te he ofendido que me sometes a desgarros
tan crueles, a martirios tan dolorosos como es tu
privación?”
“Dulce amor mío, mi voluntad no es más mía sino
tuya, haz lo que quieras y yo estaré más contenta.”
“No Señor, te quiero siempre, cualquiera que sea
la causa no cedo en quedarme un solo día privada
de Ti.”
¡Ah Señor, dame la fuerza para aguantar en estas
tardanzas tuyas, porque me siento desfallecer!
“¡Ah Señor, por cuantas gotas derramaste, por
cuantas espinas sufriste, por cuantas heridas,
tanta gloria intento darte por cuanta gloria deberían
darte todas las criaturas si no existiera el pecado
de soberbia, y tantas gracias intento pedirte para
todas las criaturas para hacer que este pecado se
destruya.”
“Señor, toda esa gloria que las criaturas deberían
darte con la boca y no te dan, yo intento dártela con
la mía, e impetro a ellas el hacer un buen y santo
uso de la boca, uniéndome siempre a la misma
boca de Jesús.”
“Señor, no quiero otra cosa que a Ti y estar
escondida en Ti,y esto te he pedido siempre y esto
te pido que me confirmes.”
“Siempre Santa e indivisible Trinidad, os
adoro profundamente, os amo intensamente,
os agradezco perpetuamente por todos y en los
corazones de todos.”
“Amado Bien mío, no puedo más, llévame de una
vez para siempre contigo al Cielo, o bien quédate
para siempre conmigo sobre esta tierra.”
“Señor, si no soy digna de tocar tu Humanidad
glorificada, hazme tocar al menos tus vestidos.”
“Señor, me arrepiento de las ofensas hechas
por mí y por todas las criaturas de la tierra, y me
arrepiento y me disgusta por la única razón de
que te hemos ofendido a Ti, sumo Bien, porque
mientras mereces amor, nosotros hemos osado
darte ofensas.”
“Amado Bien mío, esta vez te estrecharé tanto
que no podrás huir más.”
“Señor, ¿qué te cuesta que esos mismos clavos
que te traspasan me traspasen a mí al mismo
tiempo?”
Las palabras que más consuelan a la dulce Mamá
son: “Dominus Tecum.”
“Señor, ofrezco mi vida por la Iglesia y por el
triunfo de la verdad, acepta te ruego mi sacrificio.”
“¡Ah! querido Jesús, como me dejaste sola, al
menos enséñame cómo debo comportarme en este
estado de abandono y de sufrimiento.”
“Señor, intento reconfortar tu cuerpo sufriente en el
mío.”
“Señor, particípame algo a mí, así no sufrirás solo.”
“Tú eres mi ojo, mi oído, mi boca, mis manos y
mis pies.”
“Dulcísima Madre mía, en qué terrible estrechez
me encuentro, privada del único bien mío y de mi
misma vida, me siento llegar a los extremos.”
“Jesucristo es mi ojo, mi boca, mi corazón, mis
manos y mis pies.”
“Señor, nada quiero, lo que más me importa eres
sólo Tú.”
“Bondad adorable, Misericordia infinita, sabiendo
que Tú eres la misma Misericordia, he venido a
pedirte misericordia, misericordia para tus mismas
imágenes, misericordia para las obras creadas por
Ti, misericordia no para otros, sino para tus mismas
criaturas.”
“Padre infinitamente santo, cuando los siervos,
los necesitados se presentan a los patrones, a
los ricos, si son buenos, si no dan todo lo que es
necesario, les dan siempre alguna cosa, y yo, que
he tenido el bien de presentarme ante Ti, dueño
absoluto, rico sin término, bondad infinita, nada
quieres dar a esta pobrecita de lo que te ha pedido,
¿no queda acaso más honrado y contento el patróncuando da que cuando niega lo que es necesario a
sus siervos?
“Todo, todo eres para mí, ninguna cosa entra en
mí excepto Tú solo, todo corre fuera.”
“Señor, no quiero otra cosa que ser reconocida
en tu sangre, en tus llagas, en tu Humanidad, en tus
virtudes, sólo en esto quisiera ser reconocida, para
ser tu cielo y ser desconocida por todos.”
“Querido de mi corazón, Tú sabes que eres mi
vida, ¡ah! no me dejes.”
“¡Ah! Señor, sólo Tú eres el verdadero contento.”
“Querido mío, toda y siempre tuya soy; ¡ah! no
permitas que corra en mí nada, aunque sea una
sombra que no sea tuya.”
“Señor, ¿qué quieres de mí? Manifiéstame tu
Santa Voluntad.”
“Señor, lo que tienes para Ti, es lo
que anhelo para mí.”
“Señor, ¿no ves cómo siento que me falta la vida?
Siento tanta necesidad de Ti, que si Tú no vienes
siento que se destruye mi ser, no me niegues lo
que me es absolutamente necesario; no te pido
besos, caricias, favores, sino sólo lo que me es de
necesidad.”
“Señor, sal, perdona en parte a tus hijos, tus
mismos miembros, tus imágenes.”
“Mi Bien, no quiero nada, únicamente te quiero a
Ti, sólo Tú me bastas para todo, porque teniéndote
a Ti tengo todo.”
“Hija mía, todas las obras, palabras y pensamientos
de las criaturas deben estar sellados con la marca
“Gloriam Dei, Gloriam Dei.”
“Señor mío, también yo quisiera ser como Tú,
toda amor y nada más.”
“Te amo tanto, que jamás te dejo y habito en ti
continuamente.”
“Gracias por tu bondad de habitar en mí, pero
no estoy tan contenta, estaría más contenta y me
sentiría más segura si yo pudiese habitar en Ti.”
“Yo no quiero aspirar a nada sino solamente a
amarlo y cumplir perfectamente su santo Querer.”
“Señor, haz que sea toda tuya y que esté siempre,
siempre contigo y que jamás me separe de Ti; pero
mientras yo esté contigo no permitas que yo sea
aguijón que te amargue, que te dé fastidio, que
te dé disgustos, sino puntal que esté en Ti para
sostenerte cuando estás cansado y oprimido, que
te consuele cuando estés fastidiado de las otras
criaturas.”
“Mira cómo te amo de más y cómo crece mi
amor, que sólo por amor tuyo me someto a este
duro sacrificio y por cuan duro, otro tanto puedo
decir que te amo, y pensando que puedo decir a
mi Jesús que lo amo de más, siento la fuerza para
cumplir el sacrificio de obedecer.”
“¿Cómo es posible distraerse estando contigo?
¿Acaso no queda mi voluntad toda absorbida en
Ti?”
“Señor, tenme siempre estrechada contigo,
porque soy demasiado pequeña, y si no me tienes
estrechada, siendo pequeña puedo extraviarme.”
“Aleja de mí a las criaturas, me siento muy
oprimida, no sé qué cosa encuentran o quieren
de mí, ten piedad de la violencia que me hago
continuamente para entretenerme contigo en mi
interior y con las criaturas en el exterior.”
“No puedo más, ¿cómo puedo vivir sin mi Vida?
¡Qué paciencia se necesita sin Ti! ¿Cuál será la
virtud que podrá inducirlo a venir?”
“No tengo nada más, todo es sólo amor por Ti.”
“Ya estoy estrechada contigo, es más, fundida, y
si somos una sola cosa, yo dejo mi ser en ti y tomo
el tuyo. Por tanto, te dejo mi mente y tomo la tuya,
te dejo mis ojos, mi boca, mi corazón, mis manos,
mis pies...
Oh, cuán feliz seré de ahora en adelante,
pues pensaré con tu mente, miraré con tus ojos,
hablaré con tu boca, te amaré con tu corazón,
obraré con tus manos, caminaré con tus pies, y si
alguna cosa me sucede de contrariedad, diré: “Mi
ser lo dejé en Jesús y tomé el suyo... id con Jesús,
Él responderá por mí”.
“Tú dices que por amor me privas de ti, y yo por
amor tuyo acepto tu privación, por amor tuyo no
lloro”
“En todos los momentos, en todas las horas,
quiero siempre amarte con todo el corazón. En
todas respiraciones de mi vida,respirando te
amaré; en todos los latidos de mi corazón, repetiré amor, en todos los movimientos de mi cuerpo sólo
abrazaré el amor. Sólo de amor quiero hablar, sólo
al amor quiero mirar, sólo al amor quiero escuchar,
siempre quiero pensar en el amor. Sólo de amor
quiero arder, sólo de amor quiero consumirme,
sólo el amor quiero gustar, sólo al amor quiero
contentar, quiero vivir sólo de amor, y en el amor
quiero morir. En todos los instantes, en todas las
horas, quiero llamar a todos al amor; sola y siempre
con Jesús y en Jesús viviré siempre, en su Corazón
me abismaré y junto a Jesús y con Corazón, amor,
amor, te amaré”.
¡Oh!, Amor tú solo me entiendes, tú solo me
comprendes; mi silencio te dice más que las
palabras, y amando se aprende a amar.
El amor me inviste, el amor me levanta, me
lleva al trono de mi Hacedor, amor me enseña la
Sabiduría Increada y me conduce al Eterno Amor, y
allí fijo mi morada, vida de amor viviré en tu corazón;
te amaré por todos. Jesús séllame toda de amor
dentro de tu corazón; córtame las venas, y en vez
de sangre, haz fluir amor; quítame la respiración y
haz que respire aire de amor; quémame los huesos
y las carnes y téjeme toda de amor, el amor me
transforme, el amor me conforme, el amor me
enseñe a sufrir contigo, el amor me crucifique y me
haga toda semejante a ti”.
Quisiera a Jesús en la mente, a Jesús en los
labios, a Jesús en mi corazón; quisiera ver sólo
a Jesús, sentir sólo a Jesús, estrecharme sólo
con Jesús.
Quiero hacerme una con Jesús, entretenerme con Jesús, llorar con Jesús, escribir
con Jesús. Sin Jesús no quiero ni siquiera respirar.
Me estaré como una bebita llorona sin hacer nada
para que Jesús venga a hacer todo junto conmigo, y
me contentaré con ser su juguete abandonándome
a su amor, a sus castigos, a sus cruces, a sus
amorosos caprichos..., siempre y cuando todo lo
haga junto con Jesús.
“Te beso con el beso de tu Querer. Tú no estás
contento si te doy sólo mi beso, porque quieres el de
todas las criaturas y yo, por eso, te doy el beso de tu
Querer, porque en Él encuentro a todas las criaturas
y en alas de tu Querer tomo todas sus bocas y te
doy el beso con el beso de tu amor, a fin de que
no con mi amor te bese, sino con tu mismo amor y
así sientas el contento, la dulzura y la suavidad de
tu mismo amor en labios de todas las criaturas, de
manera que atraído por tu mismo amor te obligue a
dar tu beso a todas las criaturas”.
“Toma todo lo que quieras para ti a mí déjame
sólo tu corazón” “lo que es de Jesús es mío” y Yo
diré “lo que es tuyo es mío”.
“Jesús, todo lo derramo en ti, para poderlo
hacer no en mi Voluntad sino en la tuya” y Yo
inmediatamente derramo mi obrar en ti”.
“Jesús, ámame mucho, porque yo no amo a
nadie, sino sólo a ti, ni nadie me ama a mí, y si
parece que alguien me ama es por el bien que le
llega, no por mí; así que entre mi amor y el tuyo no
hay ningún otro amor en medio”.
“Jesús, te amo, pero mi amor es pequeño, por
eso te amo en tu amor para hacerlo grande; quiero
adorarte con tus mismas adoraciones, rezar en
tu oración, agradecerte en tus agradecimientos,
etc.”.
“Ven, Vida mía, sin ti me siento agonizar, pero
no para morir, sino para siempre agonizar; ven, no
puedo más...”
“Amor mío, en tu Querer encuentro todas las
generaciones y yo a nombre de toda la familia
humana te adoro, te beso, te reparo por todos; tus
llagas, tu sangre las doy a todos, a fin de que todos
encuentren su salvación y... si las almas perdidas
no pueden ya recibir el provecho de tu Santísima
Sangre, ni amarte, yo la tomo para hacer lo que
deberían hacer ellas; no quiero que tu amor quede
en algo defraudado por parte de las criaturas, por
todos quiero suplir, por todos quiero repararte,
amarte, adorarte... desde el primer hombre hasta el
último que vendrá”.
“Sólo tu Querer me queda, no tengo nada más,
todo ha desaparecido para mí...”.
“Amor mío, todo en tu Querer: mis pequeñas
penas, mis oraciones, mi latido, mi respiro, todo
lo que soy y puedo, unido a todo lo que eres Tú,
para dar el debido crecimiento a los miembros de tu
cuerpo místico”.
“¿Qué tienes Jesús, que no me hablas? Si Tú
me eres vida, tu palabra me es alimento y yo no
puedo estarme en ayunas, soy muy débil y siento la necesidad continua del alimento para crecer y
mantenerme fuerte”.
“Amor mío, en tu Querer lo que es tuyo es mío,
todas las cosas creadas son mías, el sol es mío y
yo te lo doy en reciprocidad para que toda la luz y el
calor del sol, en cada gota de luz y de calor te diga
que yo te amo, te adoro, te bendigo... y te pido por
todos. Las estrellas son mías... y en cada centellear
de estrella sello mi te amo, inmenso e infinito, por
todos. Las plantas, las flores, el agua, el fuego, el
aire... son míos, y yo te los doy en reciprocidad,
para que todos ellos te digan y a nombre de todos:
Te amo con aquel amor eterno con el que nos
creaste...”.
“Finalmente te he encontrado; ahora no te dejo
más. Tú me haces esperar mucho y yo sin ti quedo
sin vida, y sin vida no puedo estar, por eso ahora ya
no te dejo más”.
¡Oh Santa Voluntad Eterna, tráeme a mi Sumo
Bien, a mi Todo!
“También el sueño en tu Voluntad; no quiero otra
cosa que tomar el verdadero reposo en los brazos
de tu Querer”.
“¡Ah, amor mío, haz que de todo mi ser no salga
más que amor, alabanza, reparación, bendición
hacia ti!”.
“Hazme rezar en tu Querer para que mi palabra,
multiplicándose en Él, tenga por cada palabra de
cada criatura una palabra de oración, de alabanza,
de bendición, de amor, de reparación. Quisiera que mi voz elevándose entre el Cielo y
la tierra absorbiera en sí todas las voces humanas
para dártelas a ti en homenaje y gloria según Tú
quisieras que la criatura se sirviera de la palabra”.
“Entro en tu Querer, es más, dame Tú tu mano y
ponme Tú mismo en la inmensidad de tu Voluntad
para que nada haga que no sea efecto de tu
Santísimo Querer”.
Ah, estrellas!, gritad fuerte, haced resonar mi
“te amo”, para que Jesús, oyéndolo, venga a su
pequeña hija, a la pequeña exiliada...
¡Oh, Jesús,
ven! Dame la mano, hazme entrar en tu Santo
Querer para que llene toda la atmósfera, el cielo
azul, la luz del sol, el aire, el mar, todo, todo, con
mi “te amo”, con mis besos, para que en cualquier
lugar donde Tú estés, si miras, mires mi “te amo” y
mis besos; si oyes, oigas mi “te amo” y el chasquido
de mis besos; si hablas y respiras, respires mis “te
amo” y mis besos angustiados; si obras, en tus
manos corran mis “te amo”; si caminas, pises mi
“te amo” y oigas el rumor de mis besos bajo tus
pies... Mi “te amo” sea la cadena que te jale hacia
mí y mis besos sean imán potente que, quieras o no
quieras, te fuercen a visitar a aquella que no puede
vivir sin ti”.
“Ven, vuelve a tu pobre exiliada, a tu pequeña
recién nacida que no puede vivir sin ti”.
“Yo no hago nada, es el Querer Divino que me
lleva entre sus brazos, por lo tanto toda la gloria es
de su adorable Voluntad”.
“Tú, que quieres y deseas que tu Voluntad se
haga, ayúdame, asísteme, e infundeme a cada
instante tu Querer a fin de que ninguna otra cosa
pueda tener vida en mí”.
“Ten piedad de mí, no me abandones, ven,
resurge en mi pequeña alma, inmersa en las
amargas aguas de tu privación”,
“Vengo a adoraros, a bendeciros y a agradeceros
por todos, vengo a atar a vuestro Trono todas las
voluntades humanas de todas las generaciones,
desde el primero hasta el último hombre, a fin de
que todos reconozcan vuestra Voluntad Suprema,
aun las almas perdidas reconozcan su poder, las
almas de los bienaventurados gocen infinitamente
y las criaturas presentes y futuras, sin excepción
ninguna, la adoren, la amen y le den vida en sus
almas”.
“Oh, Majestad Suprema, en este vacío
inmenso están todas estas criaturas, y yo quiero
tomarlas todas para ponerlas en vuestro Santísimo
Querer, para que todas vuelvan al principio del
cual salieron, es decir, a vuestra Voluntad, por eso
vengo en vuestros brazos paternos, para traeros a
todos vuestros hijos, mis hermanos, y atarlos todos
con vuestra Voluntad; y yo a nombre de todos y
por todos quiero repararos y daros el homenaje
y la gloria como si todos hubieran hecho vuestra
Santísima Voluntad. Pero ¡ah, os ruego que ya
no haya más separación entre Voluntad Divina y
voluntad humana! Es una pequeña niña la que os
pide esto, y a los pequeños yo sé que Vosotros no
sabéis negar nada”.
“Creador mío y Padre mío, mi Jesús y mi Eterno
Amor, mirad todas las cosas y de parte de todas
las criaturas escuchad que os dicen que os aman,
por lo tanto en todas partes está el “te amo” para
Vosotros, Cielos y tierra están llenos. ¿Y ahora
Vosotros no concederéis a la pequeña niña que
vuestra Voluntad descienda en medio de las
criaturas, que se haga conocer, que haga paz con
la voluntad humana y tomando su justo dominio,
su lugar de honor, ninguna criatura haga más su
voluntad, sino siempre la Vuestra?”.
“Gran Dios, haced descender vuestra Voluntad a
la tierra a fin de que el pecado no tenga más lugar, es
la voluntad humana la que produce tantas ofensas
que parece que inunda toda la tierra de pecados;
vuestra Voluntad será la que destruya todos los
males, por eso os pido que contentéis a la pequeña
hija de vuestra Voluntad, que no quiere otra cosa
que vuestra Voluntad sea conocida, amada y que
reine en todos los corazones”.
“Majestad Suprema y Creador de todas las cosas,
esta pequeña niña viene a vuestros brazos para
deciros que toda la Creación, a nombre de todas
las criaturas os da no sólo la correspondencia del
amor, sino también la de la justa gloria por tantas
cosas creadas por Vosotros por amor nuestro.
En vuestra Voluntad, en este vacío inmenso, he
girado por todas partes para que todas las cosas
os glorifiquen, os amen y os bendigan, y ya que
he puesto en relación el amor entre Creador y
criatura, que la voluntad humana había roto, y
la gloria que todos os debían, haced descender vuestra Voluntad a la tierra a fin de que vincule
y reafirme todas las relaciones entre Creador y
criatura, y así todas las cosas retornen al orden
primero establecido por Vosotros. Pero hacedlo
pronto, no tardéis más, ¿no veis cómo está llena
de males la tierra?
Sólo vuestra Voluntad puede
detener esta corriente, sólo vuestra Voluntad
puede poner a salvo la tierra, vuestra Voluntad
conocida y dominadora”.
“Te amo” en el acto de descender del Cielo para
encarnarte e imprimo mi “te amo” en el acto en
que fuiste concebido en el seno purísimo de María
Virgen, “te amo” en la primera gota de sangre
que se formó en tu Humanidad, “te amo” en el
primer latido de tu Corazón para así sellar todos
tus latidos con mi “te amo”; “te amo” en tu primer
respiro, “te amo” en tus primeras penas, “te amo” en
tus primeras lágrimas derramadas aún en el seno
materno; quiero corresponder a tus oraciones, tus
reparaciones, tus ofrecimientos con mi “te amo”,
cada instante de tu vida lo quiero sellar con mi “te
amo”.
“Te amo” en tu nacimiento, “te amo” en el frío
que sufriste, “te amo” en cada gota de leche que
bebiste de tu Mamá Santísima.
Quiero llenar con
mis “te amo” los pañales con los que tu Mamá te
envolvió; extiendo mi “te amo” en aquella tierra en
que tu querida Mamá te recostó en el pesebre y
donde tus ternísimos miembros sintieron la dureza
de la paja, pero más que la de la paja, la dureza de
los corazones. Sello mi “te amo” en cada gemido, en
las lágrimas y penas de tu infancia; hago correr mi
“te amo” en todas las relaciones, comunicaciones y amor que tuviste con tu Inmaculada Mamá; “te amo”
en sus ternísimos besos, en todas las palabras que
dijiste, en el alimento que tomaste, en los pasos que
diste, en el agua que bebiste; “te amo” en el trabajo
que hiciste con tus manos, “te amo” en todos los
actos que hiciste en tu vida oculta. Sello con mi
“te amo” cada acto interior tuyo y cada pena que
sufriste. Extiendo mi “te amo” en los caminos que
recorriste, en el aire que respiraste, en todas las
predicaciones de tu vida pública. Mi “te amo” corra
en la potencia de los milagros que obraste, en los
Sacramentos que instituiste, en todo, mi Jesús, aun
en las fibras más íntimas de tu Corazón imprimo mi
“te amo”, por mí y por todos. Tu Querer me hace
todo presente y no quiero dejar escapar nada en
que no esté impreso mi “te amo”. La pequeña hija
de tu Querer siente el deber de que, si otra cosa
no sabe hacer, al menos tengas un pequeño “te
amo” mío por todo lo que has cumplido por mí y
por todos, y por eso mi “te amo” te siga en todas
las penas de tu pasión, en todos los escupitajos,
desprecios e insultos que te dieron; mi “te amo”
selle cada gota de sangre que derramaste, cada
golpe que recibiste, cada llaga que se formó en tu
cuerpo, cada espina que traspasó tu cabeza, cada
dolor acerbo de la Crucifixión. En las palabras que
pronunciaste en la Cruz hasta en tu último respiro
quiero imprimir mi “te amo”. Quiero envolver toda tu
vida, todos tus actos con mi “te amo”. En todo lo que
Tú tocaste, viste y oíste, mi continuo “te amo” no
te deja jamás, pues tu mismo Querer es la vida de
mi “te amo”. ¿Pero sabes qué quiere esta pequeña
108 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad
niña? Quiere que ese Querer Divino de tu Padre,
al que tanto amaste e hiciste en toda tu vida en la
tierra, se haga conocer por todas las criaturas para
que todas lo amen y cumplan tu Voluntad como en
el Cielo así en la tierra. La pequeña niña quisiera
vencer en amor a fin de que des tu Voluntad a todas
las criaturas. Ah, haz feliz a esta pobre pequeñita
que no quiere otra cosa que lo que quieres Tú: que
tu Voluntad sea conocida y reine en toda la tierra...
“Vengo a dar la correspondencia de amor por
todo lo que hace el Santificador a los santificantes,
vengo a entrar en el orden de la Gracia para
poderos dar la correspondencia del amor como
si todos se hubieran hecho santos, y a repararos
por todas las oposiciones y por todas las faltas de
correspondencia a la gracia”.
“Espíritu Santificador, hazlo pronto, os suplico, os
imploro: Haced conocer a todos vuestra Voluntad, a
fin de que, conociéndola, la amen y reciban vuestro
primer acto de su santificación completa, el cual es
vuestra Santísima Voluntad”.
“Amor mío, regresa a tu pequeña hija, ¿no
ves que no puedo más? ¡Ay, a qué duro martirio
sometes mi pobre existencia con privarme de ti!”.
“Lo que es tuyo, es mío, y lo que es mío es tuyo:
sean dados gloria, honor y amor a mi Creador”.
“Hago una sola cosa, hago siempre la Voluntad
de Dios y vivo en Ella; este es todo mi secreto”
“Majestad Suprema, vengo en nombre de todos,
del primero al último hombre que ha de existir en la tierra, a daros todos los homenajes, las adoraciones,
las alabanzas, el amor que toda criatura Os debe,
y a haceros todas las reparaciones por todos y por
cada pecado”.
“Amor mío, uno mi inteligencia a la tuya, para
que mis pensamientos tengan vida en los tuyos
y, difundiéndose en tu Querer, circulen en cada
pensamiento de las criaturas; y elevándonos
juntos en presencia de nuestro Padre Celestial,
le presentaremos los homenajes, la sumisión,
el amor de cada pensamiento de las criaturas y
alcanzaremos que todas las inteligencias creadas
se reordenen y armonicen con su Creador”.
“Amor mío, gracias por tanta bondad tuya para
conmigo, pero siento que es demasiado lo que
quieres darme; siento un peso infinito que me
oprime y mi pequeñez e incapacidad no tienen
fuerza ni aptitud; temo que pueda desagradaros y
no sea capaz de abarcar todo: id a cualquier otra
criatura más capaz, a fin de que todo este capital
de tu Suprema Voluntad pueda estar más seguro
y Tú puedas recibir todo el interés equivalente a un
capital tan grande. Yo nunca había pensado en una
responsabilidad tan enorme, pero ahora que me la
haces comprender siento que las fuerzas me faltan
y me da temor mi debilidad”.
“Jesús, vida mía, ten piedad de mí, mírame cuán
llena estoy de defectos y cuánta maldad hay en mí”.
“Majestad Suprema, tu pequeña hija se presenta
delante de ti, en tus rodillas paternas, para pedirte
tu Fiat, tu reino, que sea conocido por todos; te pido el triunfo de tu Querer, para que domine y reine
sobre todos. No soy la única que te lo pide, sino
conmigo tus obras, tu mismo Querer; por eso en
nombre de todos te pido, te suplico tu Fiat.
‘Venga tu reino, ¡ah! haz que sea conocido,
amado y poseído por las generaciones humanas.’
“Queremos el reino del Fiat Supremo, lo queremos
reinante, dominante en medio de nosotros.”
“Soberana Señora, vengo a esconder mi pequeño
amor en el gran mar de tu amor, mi adoración
a Dios en el inmenso océano de la tuya, mis
agradecimientos los escondo en el mar de los tuyos,
mis súplicas, mis suspiros, mis lágrimas y penas,
los escondo en el mar de los tuyos, a fin de que el
mío y tu mar de amor sean uno solo, mi adoración
y la tuya sean una sola, mis agradecimientos
adquieran la grandeza de tus mismos confines,
mis súplicas, lágrimas y penas se vuelvan un solo
mar con el tuyo, a fin de que también yo tenga mis
mares de amor, de adoración, etc., a fin de que así
como tu Alteza Soberana consiguió con éstos al
suspirado Redentor, así también yo me presento
con todos estos mares delante a la Majestad Divina
para pedirle, para rogarle insistentemente el reino
del Fiat Supremo. Mamá, Reina mía, debo servirme
de tu misma vía, de tus mismos mares de amor y
de gracias para vencerlo y hacerle ceder su reino
sobre la tierra, como lo venciste Tú para hacer
descender al Verbo Eterno. ¿No quieres Tú ayudar
a tu pequeña hija, dándome tus mares para que
Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 111
pueda obtener que pronto venga el reino del Fiat
Supremo sobre la tierra?”
“Jesús mío, amor mío, jamás sea que yo dé este
dolor a tu adorable Voluntad, Tú me ayudarás, me
darás más Gracia y yo estaré más atenta para
recibir este reflejo, este eco que hace tu Santa
Voluntad en toda la Creación para corresponder
con el mío.”
‘Lo quiere Dios, lo quiero yo, y si no lo quiere,
tampoco lo quiero yo.’
‘Amo a mi Dios como se ama a Sí mismo y amo
a todos y hago todo el bien que hace mi Creador a
toda la familia humana’
“Mira, no estoy yo sola en pedirte, sino que te
ruega el cielo con las voces de todas las estrellas,
el sol con la voz de su luz y de su calor, el mar con
su murmullo, todos te piden que venga tu Querer a
reinar sobre la tierra, ¿cómo puedes resistirte y no
escuchar tantas voces que te ruegan? Son voces
inocentes, voces animadas por tu misma Voluntad
que te piden.”
‘Doy a Dios todo, aun a Dios mismo, porque
viviendo en su Querer Dios es mío, los cielos
son míos, el sol y todo lo que ha hecho este Fiat
Supremo es mío, por lo tanto siendo todo mío, todo
puedo dar y todo puedo tomar?’
‘Todo lo hiciste para mí, mucho me amaste y me
amas, y yo todo, todo quiero convertir en amor para
Ti.’
¡Oh! Voluntad de Dios, cómo eres admirable,
potente y deseable. ¡Ah! con tu imperio vence a
todos, hazte conocer y ríndenos todos a Ti.
“Jesús mío, ven, regresa, tu pequeña hija te llama
en el mar, te llamo junto con la vastedad de estas
aguas, con su murmullo, te llamo en el serpentear
de los peces, te llamo con la Potencia de tu misma
Voluntad que en este mar se extiende; si no quieres
escuchar mi voz que te llama, escucha las tantas
voces inocentes que se desprenden de este mar
que te llaman.
¡Ah! no me hagas más penar que no
puedo más.”
“Amor mío y vida mía, tu Voluntad tiene virtud
de multiplicar tu Vida por cuantos seres existen y
existirán sobre la tierra, y yo en tu Querer quiero
formar tantos Jesús para darte todo entero a
cada una de las almas del purgatorio, a cada
bienaventurado del Cielo, a cada uno de los
vivientes sobre la tierra.”
“¡Oh! cómo quisiera recibir aquel acto primero
de la creación, aquel desahogo divino de intenso
amor que vertió sobre la primera criatura cuando
la creó, quisiera recibir aquel aliento omnipotente
para poder dar nuevamente a mi Creador todo el
amor y toda aquella gloria que había establecido
recibir de la criatura.”
“Cielo me has dado y cielo te doy, sol me has
dado y sol te doy, mares y prados floridos me has
dado y mares y prados floridos te doy; todo lo que
has hecho para mí en la Creación y Redención tu Voluntad lo repite en mí, de modo que todo te
puedo dar, como todo me has dado.’
“Tu Querer envuelve todo, y ¡oh! cómo quisiera
que así como el sol surge e inviste de luz a toda
la tierra, así el Sol de tu Voluntad surja en las
inteligencias, en las palabras, en los corazones,
obras y pasos de todas las criaturas, a fin de que
cada una de ellas sienta surgir en sí el Sol de tu
Fiat, y haciéndose investir por su Luz, todos la
hagan dominar y reinar en sus almas.”
“Trinidad adorable, hazlo pronto, no tardes más,
te pedimos que tu Querer descienda a la tierra, se
haga conocer y reine en ella como en el Cielo.”
“Amor mío, Jesús, te pongo el ejército de todos
tus actos en torno a Ti, e invistiendo tus palabras, tus
latidos, tus pasos, tus penas y todos tus actos con
mi te amo, te pido el reino de tu Voluntad. Escucha,
oh Jesús, si no me escuchas por medio del ejército
de tus actos que te ruegan, te apresuran, ¿qué otra
cosa podría hacer para moverte a concederme un
reino tan santo?”
“Jesús mío, hago mía la unidad de tu Querer
para suplir a aquella unidad que perdió mi padre
Adán cuando se sustrajo de Él, y para suplir a todos
aquellos actos que no han hecho en la unidad de Él
todos sus descendientes.”
“Amado pequeño, haz conocer a todos tu
Querer Divino, hazlo salir de dentro de tu pequeña
Humanidad, a fin de que tome su dominio y forme
su reino en medio a las criaturas.”
“Te ofrezco todos los homenajes de la luz del sol
con todos sus efectos, símbolo de tu luz eterna, la
gloria de la inmensidad de los cielos, y así de todo
el resto.’
“Amor mío, no hay acto que Tú haces en que
mi te amo no te siga para pedirte por medio de
tus actos el reino de tu Voluntad; mi te amo te
sigue dondequiera, en los pasos que das, en las
palabras que dices, en la madera que trabajas,
y mientras golpeas la madera golpeas el querer
humano, a fin de que sea destruido y resurja tu
Querer Divino en medio a las criaturas; mi te amo
corre en el agua que bebes, en el alimento que
tomas, en el aire que respiras, en los ríos de amor
que pasan entre Tú y tu Mamá y San José, en las
oraciones que haces, en tu latido ardiente, en el
sueño que tomas. ¡Ah, cómo quisiera estar cerca
de Ti para susurrarte al oído: “Te amo, te amo, haz
que venga tu reino!”
“Jesús, amor mío, quiero dejar todo mi ser en tu
Fiat para poder encontrarme en todas las cosas
creadas para adornarlas con mi ‘te amo.’ Es más,
quiero poner mi corazón en el centro de la tierra
y conforme palpita así quiero abrazar a todos sus
habitantes y siguiendo todos sus latidos con mi te
amo, quiero darte el amor de cada uno de ellos,
y conforme se repite mi latido desde dentro del
centro de la tierra, así quiero poner mi te amo en
todas las semillas que encierra en su seno, y en
cuanto despunten estas semillas y se formen las
plantas, las hierbas, las flores, así quiero poner mi te amo para poderlas ver encerradas en mi te amo
a Jesús.”
“Cómo quisiera el amor y las oraciones de la
Soberana Señora y de todos los santos en mi poder,
para poder amar y rezar a Jesús con el amor de
Ella y con sus oraciones y con las de todo el Cielo.”
‘Quiero unirme con los pensamientos de Jesús,
con las palabras, con las obras y pasos, para
alinearme junto con sus pensamientos, con sus
palabras, etc., sobre cada uno de los pensamientos,
palabras, obras y pasos de las criaturas, para
repetir junto, por todos y por cada uno lo que hizo
Jesús con sus pensamientos, palabras y todo lo
demás que hizo; no hay cosa que hayas hecho que
no quiera hacer yo, para repetir el amor y el bien
que hizo Jesús.’
“En tu Querer siempre te he amado, aun antes de
que todas las cosas existieran.”
“En tu Voluntad tomo en mis brazos la Creación
toda, el cielo, el sol, las estrellas y todo, para
llevarlos delante a la Majestad Suprema como
“¡Oh Voluntad Divina, cómo eres potente! Tú sola
eres la transformadora de la criatura en Dios. ¡Oh
Voluntad mía, Tú sola eres la destructora de todos
los males y la productora de todos los bienes! ¡Oh
Voluntad mía, Tú sola posees la fuerza raptora, y
quien se hace raptar por ti se vuelve luz, quien por
Ti se hace dominar es la más afortunada del Cielo
y de la tierra, es la más amada por Dios, es aquélla
que todo recibe y todo da.” esta pequeña hija del Querer
Divino viene a postrarse a tus pies para festejar tu
Concepción y darte los honores de Reina, y junto
conmigo llamo a toda la Creación a hacerte corona,
a los ángeles, a los santos, al cielo, a las estrellas,
al sol y a todos a reconocerte por nuestra Reina
y honrar y amar tu nobleza, y a declararnos todos
súbditos tuyos, ¿no ves oh Madre y Reina Celestial
cómo todas las cosas creadas corren en torno a
Ti para decirte: “Te saludamos Reina nuestra,
finalmente después de tantos siglos hemos tenido
a nuestra Emperatriz.” Y el sol te saluda Reina
de la luz, el cielo Reina de la inmensidad y de las
estrellas, el viento Reina del imperio, el mar Reina
de la pureza, fuerza y justicia, la tierra te saluda
Reina de las flores, todos en coro te saludan: “Eres
la bienvenida, nuestra Reina, Tú serás nuestra
sonrisa, nuestra gloria, nuestra felicidad, de ahora
en adelante todos estaremos atentos a tus ordenes.”
“Cielo me has dado, estrellas, sol, mar, y yo todo
te lo devuelvo como correspondencia de mi amor.”
‘La Madre de Jesús es mi Madre, y esta Madre
tan dulce, amable, amante, nos da a cada uno a su
Hijo amado como prenda de su amor materno.’
“Jesús mío, tu pequeña hija no siente la fuerza
de dejarte solo, quiero ponerme cerca de Ti, y si no
sé hacer otra cosa te susurraré al oído:‘te amo, te
amo’; por tu soledad, oraciones y lágrimas dame el
reino de tu Querer, hazlo pronto, ve como el mundo
se precipita, tu Fiat lo pondrá a salvo.” ‘No quiero conocer mi voluntad, te la entrego en
don, quiero por vida solamente a tu Querer Divino’
“Jesús, Amor mío, mi felicidad para mí eres Tú,
todas las otras cosas no tienen ningún atractivo
para mí.”
“Majestad adorable, escucha, te ruego, el cielo,
las estrellas, el sol, el viento, el mar y toda la
Creación, te piden que tu Fiat venga a reinar sobre
la tierra, haz que una sea la voluntad de todos.”
“Te amo, haz que mi te amo sea dulce cadena
que atando al eterno Fiat lo atraiga, lo violente para
hacerlo venir a reinar sobre la tierra.”
“Majestad adorable, vengo ante Ti para traerte el
modesto interés de mi te amo, te adoro, te glorifico,
te agradezco, te bendigo, para darte mi pequeño
interés porque me has dado un cielo, un sol, un aire,
un mar, una tierra florida y todo lo que has creado
para mí. Tú me dijiste que cada día quieres hacer las
cuentas conmigo y recibir éste mi modesto interés
para estar siempre de acuerdo, y tener al seguro
en el pequeño banco de mi alma toda la Creación,
dada a mí por Ti como pequeña hija de tu Querer.”
‘Majestad adorable, si estuviera en mi poder
quisiera también yo crearte un cielo, un sol, un mar,
y todo lo que Tú creaste, para decirte que te amo
con tu mismo Amor y con tus mismas obras, porque
el amor que no obra no se puede llamar amor, pero
como tu Querer Divino me hizo don de todo lo que
creaste, yo te lo doy nuevamente para decirte que
te amo, te amo.’
“¡Oh! cómo quisiera tener un cielo, un sol, un mar,
una tierra florida y todo lo que existe, todo mío, para
poder dar a mi Creador un cielo mío, un sol que
fuese mío, un mar y una floritura, que le dijeran te
amo, te amo, te adoro.”
“Pongo mi te amo sobre cada pensamiento de
criatura, a fin de que en cada pensamiento pida el
dominio del Fiat Divino sobre cada inteligencia.”
‘Todo puedo, a todo puedo llegar, porque me
siento transmutada en la Divina Voluntad que ha
desterrado de mí las debilidades, las miserias, las
pasiones; mi misma voluntad felicitada por la suya,
quiere beber a grandes sorbos su felicidad divina, y
no quiere saber nada más que de vivir de Voluntad
Divina.’
“Amor mío, tenme estrechada entre tus brazos,
no me dejes más, porque sólo en tus brazos me
siento segura y no tengo miedo de nada, Jesús,
piedad de mí, Tú que sabes lo que pasa en mi alma,
no me abandones.”
“Quiero entrar en el sol para encontrar la Divina
Voluntad obrante en su luz para darle todo lo bello,
lo puro, lo santo, la potencia que puede tener
una voluntad humana obrante en su luz; quiero
entrar en el azul cielo para abrazarlo y darle mi
voluntad obrante en la vastedad de los cielos, en
la multiplicidad de las estrellas, para darle la gloria,
el amor de un cielo, y tantos actos profundos de
adoración por cuantas son las estrellas.”
“Jesús mío, Amor mío, mi ‘te amo’ corra en
tu latido, en tu respiro, sobre tu lengua, en tu
voz, hasta en las más pequeñas partículas de tu
adorable persona.”
“Quisiera ser cielo para poder extender en todos
y por todas partes, y en todos los puntos, y sobre
todos, mi amor, mi adoración, mi gloria hacia mi
Creador; quisiera ser sol y tener tanta luz de llenar
cielo y tierra y convertir todo en luz, y en esta luz
tener mi grito continuo: te amo, te amo.”
‘Te he dado todo, incluso a Ti mismo, no tengo
más que darte.’
“¡Oh! Querer Santo, sé tú la Vida, el Actor y
el Espectador de todos mis actos, a fin de que
resurgiendo todos en Ti, puedan ser la llamada
a todos los actos de las criaturas para hacerlos
resurgir en tu Fiat, a fin de que su reino se extienda
en todas las criaturas.”
“Quiero entrar en el sol para vaciarlo del amor que
Dios puso en Él por amor de las criaturas, y sobre
las alas de su luz volverlo a llevar a mi Creador como
correspondencia de mi amor; quiero vaciar el viento,
para llevarle la correspondencia del amor impetuoso,
del amor gimiente, dominante, a fin de que impere
sobre el corazón divino para arrebatarle el reino de la
Divina Voluntad sobre la tierra; quiero vaciar el cielo
del amor que contiene para volver a darle el amor
que no termina jamás, que jamás dice basta, para
tomarlo por todos lados y llevarle la correspondencia
de amarlo por todas partes y en todos.”
‘Cuántas cosas bellas has creado para mí, para
dármelas como dones y prendas de vuestro Amor,
y yo haciéndolas mías te las doy nuevamente como
dones y prendas de mi amor por vosotros.’
“En el amor continuo consumo mi vida para hacer
revivir a Aquél que incesantemente amo.”
‘Soy un acto solo de Voluntad Suprema, todo el
resto no es otra cosa que los efectos de su Luz.’
‘En vuestro Querer tengo vuestro Amor en mi
poder, por tanto puedo amaros mucho, mi amor no
es disímil del vuestro, así que puedo amaros cuanto
os amáis Vosotros mismos; tengo vuestras obras en
mi poder para glorificaros, y vuestros pasos en los
míos para recorrer el mismo camino que Vosotros
recorristeis en busca de todas las criaturas, para
conducirlas a todas delante de vuestra adorable
Majestad.’
‘Tú te has agotado por mí, tanto, que no puedo
contener lo que me has dado, así también yo me
agoto por Ti.’
‘Cómo estoy contenta y feliz, puedo deciros que
vuestra Inmensidad es vuestra y mía, y os amo con
amor inmenso, con amor potente, a mi amor no le
falta nada, ni vuestra Santidad, ni vuestra Bondad,
ni vuestra Belleza que todo rapta, vence y obtiene.’
‘Mi morada está en Dios, ni sé, ni conozco otra
cosa sino a mi Creador.’
“Te amo por medio de tus obras, las cuales están
preñadas de tu Amor, y me enseñan a amarte.”
“¡Oh! cómo quisiera el amor, la adoración de Adán
inocente, para poder también yo amar a mi Dios
con el mismo Amor con el cual amó a la primera
criatura creada por Él
‘Todo tu Amor es mío, y yo lo pongo en acto de
rogarte que hagas venir el reino de tu Voluntad sobre
la tierra. Tu Santidad es mía, tu Luz, tu Bondad,
tu Misericordia es mía, no es mi pequeñez que te
ruega, no, sino tus mares de Potencia, de Bondad
que te ruegan, que te presionan, que te asaltan, y
quieren tu Voluntad reinante sobre la tierra.’
¡Oh! Voluntad Divina, cómo eres admirable y
potente, sólo Tú tienes la virtud de unir cualquier
distancia y desemejanza con nuestro Padre
Celestial, me parece que es propiamente esto el
vivir en Ti, sentir la
‘Soy pequeña, no me es dado
el encerrar y contener toda tu Inmensidad, pero tal
cual Tú eres, tal soy yo, tu Divina Voluntad te ha
encerrado en mí, y te amo con tu mismo Amor, te
glorifico con tu Luz, te adoro con tu Santidad, todo
puedo dar porque poseo a mi Creador.’
‘Has venido a mi casa y yo debo ir a tu casa, por
eso Tú haz lo que quieras en mí, y a mí me dejarás
hacer lo que quiero en Ti.’
“Estoy en mi puesto de honor, hago mi oficio, soy
un acto continuo de Voluntad Divina, puedo decir
que soy nada, que hago nada, pero hago todo,
porque hago la Divina Voluntad.”
‘No conozco otra cosa, ni amo, ni quiero, sino
sólo al Querer Divino, porque su Unidad me tiene
encerrada dentro.”
¡Oh! Voluntad Divina, cómo eres admirable, eres
toda mía, me haces crecer en Ti, por todas partes
te encuentro, me amas siempre hasta formar la vida
de mi vida
‘La Voluntad de Dios es la mía, lo que quiere Dios
quiero yo, lo que hace Dios hago yo.’
‘Estoy dotado de los actos de mi Mamá Reina,
y por sello me los ha investido con sus triunfos y
victorias que hizo con su Creador.’
‘Dios es mío, todo es mío, no me puede escapar
porque su Fiat Omnipotente lo tiene atado en mí.”
¡Oh Voluntad Divina, cómo eres amable,
solamente Tú me sabes amar de verdad y sólo en
Ti encuentro el refugio a todos mis males!
“Te amo en la Potencia y Amor inmenso del Padre,
con el Amor interminable del Espíritu Santo, te amo
con el amor con el cual te aman todos los ángeles
y santos, te amo con el amor con el cual te aman
o deberían amarte todas las criaturas presentes,
pasadas y futuras, te amo por todas las cosas
creadas y con aquel amor con el cual las creaste.”
‘Padre mío, has velado y vigilado demasiado,
ya estás cansado, repósate, y para hacer que tu
reposo te sea dulce, repósate en mi amor y yo me
pondré en vela, tomaré tu puesto junto a las almas, tal vez tenga éxito en hacerte encontrar alguna
cuando te despiertes!
‘Tú eres Luz, y yo te honro, te adoro, te amo con
la misma luz con la cual me creaste.’
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