domingo, 28 de abril de 2024

DEL LIBRO DE ORACIONES EN LA DIVINA VOLUNTAD

 Oraciones de Jesús al Padre en los escritos de Luisa Piccarreta La primera y única oración que Jesús enseña a su Iglesia, a través de sus apóstoles, es el “Padre Nuestro”, oración que se ha repetido innumerables veces en toda su Iglesia, razón por la que la ponemos en primer lugar, aunando a ésta, la explicación que Él da de ella a través de Luisa, en los escritos de la Divina Voluntad: El Padre nuestro no es petición, es promesa de un reino no establecido aún. «Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu Voluntad COMO en el cielo, así en la tierra, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 85 nuestras DEUDAS, no nos INDUZCAS a tentación, y libranos del MALIGNO» ‘Padre nuestro que estás en los Cielos.’ No dije Padre mío, sino que lo llamé Padre de toda la familia humana, para comprometerlo en lo que debía agregar: ‘Que todos santifiquen tu nombre, a fin de que venga tu reino sobre la tierra y tu Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra.’ Era ésta la finalidad de la Creación y Yo pedía al Padre que se cumpliera. En cuanto Yo recé, el Padre cedió a mis súplicas y formé el germen de tanto bien, y para hacer que este germen fuera conocido, enseñé a los apóstoles mi oración y estos la transmitieron a toda la Iglesia, a fin de que así como el pueblo del futuro Redentor encontraba la salvación en Él y se disponían a recibir al Mesías prometido, así con este germen formado por Mí, la Iglesia ruega y repite tantas veces mi misma oración y se dispone a recibir, el que reconozcan y amen a mi Celestial Padre como Padre de ellos, de manera de merecer ser amados como hijos y reciban el gran bien de que mi Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra. Los mismos santos han formado su santidad en este germen y en esta esperanza de que mi Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra, los mártires han esparcido su sangre, no hay bien que no derive de este germen, así que toda la Iglesia ruega, y así como las lagrimas, las penitencias, las oraciones para tener al Mesías eran dirigidas hacia aquella Virgen excelsa, a la cual debía disponer para concentrar tanto bien para poder recibir a su Salvador, si bien 86 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad no conocían quien fuese, así ahora, la Iglesia cuando recita el Padre Nuestro es propiamente por ti que ruega, para hacer que concentre en ti todo el bien que contiene mi Querer, el modo, el cómo la Voluntad Divina tenga Vida en la tierra como en el Cielo. Y si bien no eres conocida, la Iglesia haciendo eco a mi oración: ‘Sea hecha tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra’, me ruega, me apresura a que concentre todo este bien en una segunda virgen, a fin de que como otra salvadora salve a la humanidad en peligro, y haciendo uso de mi inseparable Amor y Misericordia oiga favorablemente mi misma plegaria unida a aquella de toda la Iglesia y haga regresar al hombre a su origen, a la finalidad con la que lo he creado, esto es, que mi Voluntad se haga en la tierra como en el Cielo.9 + + + Cuando mi Fiat Voluntas Tua tenga su cumplimiento como en el Cielo así en la tierra, entonces vendrá el pleno cumplimiento de la segunda parte del Pater Noster, esto es: ‘Danos hoy nuestro pan de cada día.’ Yo decía, Padre nuestro, a nombre de todos te pido tres clases de pan cada día: 1.- el pan de tu Voluntad, que es más que pan, porque si el pan es necesario dos o tres veces al día, en cambio éste es necesario a cada momento, en todas las circunstancias, es más, debe ser no 9 15-15 (Abril 14, 1923) Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 87 sólo pan, sino como aire balsámico que lleva la vida, la circulación de la Vida Divina en la criatura; Padre, si no es dado este pan de tu Voluntad no podré jamás recibir todos los frutos de mi Vida Sacramental, 2.- que es el segundo pan que todos los días te pedimos; ¡oh! cómo se encuentra mal mi Vida Sacramental porque el pan de tu Voluntad no los alimenta, es más, encuentra el pan corrupto de la voluntad humana, ¡oh! cómo me da asco, cómo lo rehúyo, y si bien voy a ellos, pero los frutos, los bienes, los efectos, la santidad, no puedo darlos, porque no encuentro nuestro pan, y si alguna cosa doy es en pequeña proporción, según sus disposiciones, pero no todos los bienes que contengo, y mi Vida Sacramental espera pacientemente que el hombre tome el pan de la Voluntad Suprema para poder dar todo el bien de mi Vida Sacramental. Ve entonces cómo el Sacramento de la Eucaristía, y no sólo éste, sino todos los Sacramentos dejados a mi Iglesia e instituidos por Mí, darán todos los frutos que contienen y tendrán pleno cumplimiento cuando el pan nuestro, esto es, la Voluntad de Dios, se haga como en el Cielo así en la tierra. 3.- Después pedía el tercer pan, es decir, el material. ¿Cómo podía decir danos hoy nuestro pan, si el hombre debiendo hacer nuestra Voluntad, lo que era nuestro era suyo? El Padre no debía dar el pan de su Voluntad, el pan de mi Vida Sacramental, el pan diario de la vida natural a hijos ilegítimos, usurpadores, malos, sino a hijos legítimos, buenos, que tendrían en común los bienes del Padre, por 88 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad eso Yo decía danos nuestro pan, entonces comerán el pan bendito, todo sonreirá en torno a ellos, la tierra y el Cielo llevarán la marca de la armonía de su Creador. Después agregué: ‘Perdónanos nuestras deudas como nosotros las perdonamos a nuestros deudores’, así que también la caridad será perfecta, entonces será perfecto el perdón, tendrá la marca del heroísmo como la tuve Yo en la cruz; cuando el hombre coma el pan de mi Voluntad como lo comía mi Humanidad, entonces las virtudes serán absorbidas en mi Voluntad y recibirán la marca del verdadero heroísmo y de virtudes divinas, serán como tantos riachuelos que brotarán del seno del gran mar de mi Voluntad. Y si agregué: ‘Y no nos induzcas en tentación.’ ¿Cómo lo podría inducir Dios en tentación? Era porque el hombre es siempre hombre, libre por sí mismo, porque Yo no le quito jamás los derechos que al crearlo le di, y él, asustado y temiendo de sí grita en silencio, reza sin expresarse en palabras: ‘Danos el pan de tu Voluntad, a fin de que podamos rechazar todas las tentaciones y en virtud de este pan líbranos de todo mal.’ Así sea. Ve entonces como todos los bienes del hombre reencuentran su reanudación, el vínculo estrecho del hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, la validez de cada acto suyo, la restitución de los bienes perdidos, la firma y la seguridad de que le viene dada nuevamente su perdida felicidad terrestre y celeste. Así que era tan necesario que mi Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 89 Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra, que Yo no tuve otro interés ni enseñé otra oración sino el Padre Nuestro, y la Iglesia, fiel ejecutora y depositaria de mis enseñanzas la tiene siempre en boca y en cada circunstancia, y todos, doctos e ignorantes, pequeños y grandes, sacerdotes y seglares, reyes y súbditos, todos me piden que mi Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra.10 + + + Ahora pensaba entre mí: “Nuestro Señor en el Padre Nuestro nos enseña a decir, a pedir, ‘hágase tu Voluntad’, ¿entonces por qué dice que quiere que se viva en Ella?” “Hija mía, el ‘hágase tu Voluntad’ que Yo enseñé a pedir en el Padre Nuestro, significaba que todos debían rogar que al menos hicieran la Voluntad de Dios, y esto es de todos los cristianos y de todos los tiempos, no se puede decir cristiano si no se dispone a hacer la Voluntad de su Padre Celestial. Pero tú no has pensado en la frase que viene inmediatamente después: ‘Como en el Cielo así en la tierra’. El como en el Cielo así en la tierra significa vivir en el Querer Divino, significa rogar que venga el Reino de mi Voluntad a la tierra para vivir en Él. En el Cielo no sólo hacen mi Voluntad, sino que viven en Ella, la poseen como cosa y Reino propio, y si la hicieran y no la poseyeran no sería plena su felicidad, porque la verdadera felicidad comienza en el fondo del alma. Hacer la Voluntad de Dios no 10 15-20 (Mayo 2, 1923) 90 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad significa poseerla, sino someterse a sus órdenes, en cambio vivir en Ella es posesión. Por eso en el Padre Nuestro está la petición: En las palabras ‘Hágase tu Voluntad’, que todos hagan la Voluntad Suprema; y en el ‘como en el Cielo así en la tierra’, que el hombre regrese en aquella Voluntad de donde salió, para readquirir su felicidad, los bienes perdidos y la posesión de su Reino divino”.11 + + + “Hija mía, en cuanto Adán pecó Dios le hizo la promesa del futuro Redentor; pasaron siglos, pero la promesa no vino a menos, y las generaciones tuvieron el bien de la Redención. Ahora, cuando vine del Cielo y formé el reino de la Redención, antes de partir al Cielo hice otra promesa más solemne, la del reino de mi Voluntad, y ésta la hice en el Padre Nuestro, y para darle más valor y para obtenerlo más pronto, esta promesa formal la hice en la solemnidad de mi oración, pidiendo al Padre que hiciera venir su reino, que es la Voluntad Divina como en el Cielo así en la tierra, y me puse Yo a la cabeza de esta plegaria, conociendo que tal era su Voluntad y que rogado por Mí no me habría negado nada, mucho más que con su misma Voluntad Yo rogaba y pedía una cosa querida por mi mismo Padre, y después de haber formado esta plegaria ante mi Padre Celestial, seguro que me era concedido el reino de mi Voluntad Divina sobre la tierra, la enseñé a mi apóstoles a fin de que la enseñaran a todo el mundo, para que uno fuera el 11 20-11 (Octubre 15, 1926) Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 91 grito de todos: ‘Hágase tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra’. Promesa más cierta y solemne no podía hacer; los siglos para Nosotros son como un punto solo, y nuestras palabras son actos y hechos cumplidos. Mi mismo rogar al Padre Celestial: ‘Venga, venga tu reino, hágase tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra’, significaba que con mi venida sobre la tierra el reino de mi Voluntad no era establecido en medio a las criaturas, de otra manera habría dicho: ‘Padre mío, sea confirmado nuestro reino que ya he establecido sobre la tierra, y nuestra Voluntad domine y reine’. En cambio dije: ‘Venga’, esto significaba que debe venir y las criaturas deben esperarlo con aquella certeza con que esperaron al Redentor, porque está mi Voluntad Divina unida y comprometida en aquellas palabras del Padre Nuestro, y cuando Ella se compromete es más que cierto lo que promete.”

12 + + + Frases que pueden servir de oración (giros), tomadas de los libros sobre la Divina Voluntad de Luisa Piccarreta.

 “Señor, haz de mí lo que quieras.” Niñito, eres pequeño y fuerte, de ti espero todo consuelo; niñito gracioso y bello, Tú enamoras aun a las estrellas; niñito, róbame el corazón para llenarlo de tu Amor; niñito tiernito, hazme a mí niñito; niñito,  eres un paraíso, ¡ah! hazme ir a divertirme en la eterna sonrisa.

 “Jesús mío, todo por amor tuyo, estos dolores sean tantos actos de alabanza, de honor, de homenaje que te ofrezco, estos dolores sean tantas voces que te glorifiquen y tantos testimonios que digan que te amo.” “Señor, es verdad que no soy digna de amarte, pero al menos acepta esta pena, que quisiera amarte y no puedo.” “Mi buen Jesús, te pido que hagas la paz con el mundo.”

 “Señor, te ofrezco tus llagas, tu sangre, el uso santísimo de tus santísimos sentidos que hiciste en el curso de tu Vida mortal, para repararte las ofensas y el mal uso de los sentidos que hacen las criaturas.”

 “Gran Dios, demasiado poco es mi sufrir, no estoy contenta sólo con la cruz, sino que quiero también las espinas y los clavos, y si yo no lo merezco, porque soy indigna y pecadora, Vosotros ciertamente podéis darme las disposiciones para merecerlo.” 

¡Ah Señor, líbrame de tanta desgracia y del monstruo abominable del pecado! 

Sea siempre bendito y todo sea para glorificarlo en todo y siempre.

 Ah Señor, solo Tú puedes poner en orden mi pobre alma.

 ¡Ah Señor! tenme toda absorbida en este espejo divino a fin de que ninguna otra sombra de intención tenga yo en mi obrar.

 ¡Ah Señor, dame la fuerza para sostener el dolor! 

“Amado mío, sabes que no puedo estar sin Ti, no obstante me haces esperar tanto, hasta hacerme desfallecer; dime al menos, ¿cuál es la causa, en qué te he ofendido que me sometes a desgarros tan crueles, a martirios tan dolorosos como es tu privación?”

 “Dulce amor mío, mi voluntad no es más mía sino tuya, haz lo que quieras y yo estaré más contenta.”

 “No Señor, te quiero siempre, cualquiera que sea la causa no cedo en quedarme un solo día privada de Ti.”

 ¡Ah Señor, dame la fuerza para aguantar en estas tardanzas tuyas, porque me siento desfallecer!

 “¡Ah Señor, por cuantas gotas derramaste, por cuantas espinas sufriste, por cuantas heridas, tanta gloria intento darte por cuanta gloria deberían darte todas las criaturas si no existiera el pecado de soberbia, y tantas gracias intento pedirte para todas las criaturas para hacer que este pecado se destruya.” 

“Señor, toda esa gloria que las criaturas deberían darte con la boca y no te dan, yo intento dártela con la mía, e impetro a ellas el hacer un buen y santo uso de la boca, uniéndome siempre a la misma boca de Jesús.”

 “Señor, no quiero otra cosa que a Ti y estar escondida en Ti,y esto te he pedido siempre y esto te pido que me confirmes.” “Siempre Santa e indivisible Trinidad, os adoro profundamente, os amo intensamente, os agradezco perpetuamente por todos y en los corazones de todos.”

 “Amado Bien mío, no puedo más, llévame de una vez para siempre contigo al Cielo, o bien quédate para siempre conmigo sobre esta tierra.” “Señor, si no soy digna de tocar tu Humanidad glorificada, hazme tocar al menos tus vestidos.”

 “Señor, me arrepiento de las ofensas hechas por mí y por todas las criaturas de la tierra, y me arrepiento y me disgusta por la única razón de que te hemos ofendido a Ti, sumo Bien, porque mientras mereces amor, nosotros hemos osado darte ofensas.” 

“Amado Bien mío, esta vez te estrecharé tanto que no podrás huir más.” 

“Señor, ¿qué te cuesta que esos mismos clavos que te traspasan me traspasen a mí al mismo tiempo?”

 Las palabras que más consuelan a la dulce Mamá son: “Dominus Tecum.”

 “Señor, ofrezco mi vida por la Iglesia y por el triunfo de la verdad, acepta te ruego mi sacrificio.”

  “¡Ah! querido Jesús, como me dejaste sola, al menos enséñame cómo debo comportarme en este estado de abandono y de sufrimiento.”

 “Señor, intento reconfortar tu cuerpo sufriente en el mío.” 

“Señor, particípame algo a mí, así no sufrirás solo.”

 “Tú eres mi ojo, mi oído, mi boca, mis manos y mis pies.”

 “Dulcísima Madre mía, en qué terrible estrechez me encuentro, privada del único bien mío y de mi misma vida, me siento llegar a los extremos.” 

“Jesucristo es mi ojo, mi boca, mi corazón, mis manos y mis pies.”

 “Señor, nada quiero, lo que más me importa eres sólo Tú.”

 “Bondad adorable, Misericordia infinita, sabiendo que Tú eres la misma Misericordia, he venido a pedirte misericordia, misericordia para tus mismas imágenes, misericordia para las obras creadas por Ti, misericordia no para otros, sino para tus mismas criaturas.”

 “Padre infinitamente santo, cuando los siervos, los necesitados se presentan a los patrones, a los ricos, si son buenos, si no dan todo lo que es necesario, les dan siempre alguna cosa, y yo, que he tenido el bien de presentarme ante Ti, dueño absoluto, rico sin término, bondad infinita, nada quieres dar a esta pobrecita de lo que te ha pedido, ¿no queda acaso más honrado y contento el patróncuando da que cuando niega lo que es necesario a sus siervos?

 “Todo, todo eres para mí, ninguna cosa entra en mí excepto Tú solo, todo corre fuera.” 

“Señor, no quiero otra cosa que ser reconocida en tu sangre, en tus llagas, en tu Humanidad, en tus virtudes, sólo en esto quisiera ser reconocida, para ser tu cielo y ser desconocida por todos.” 

“Querido de mi corazón, Tú sabes que eres mi vida, ¡ah! no me dejes.” 

“¡Ah! Señor, sólo Tú eres el verdadero contento.” 

“Querido mío, toda y siempre tuya soy; ¡ah! no permitas que corra en mí nada, aunque sea una sombra que no sea tuya.” 

“Señor, ¿qué quieres de mí? Manifiéstame tu Santa Voluntad.”

 “Señor, lo que tienes para Ti, es lo que anhelo para mí.” 

“Señor, ¿no ves cómo siento que me falta la vida? Siento tanta necesidad de Ti, que si Tú no vienes siento que se destruye mi ser, no me niegues lo que me es absolutamente necesario; no te pido besos, caricias, favores, sino sólo lo que me es de necesidad.”

 “Señor, sal, perdona en parte a tus hijos, tus mismos miembros, tus imágenes.”

 “Mi Bien, no quiero nada, únicamente te quiero a Ti, sólo Tú me bastas para todo, porque teniéndote a Ti tengo todo.” 

“Hija mía, todas las obras, palabras y pensamientos de las criaturas deben estar sellados con la marca “Gloriam Dei, Gloriam Dei.”

 “Señor mío, también yo quisiera ser como Tú, toda amor y nada más.” 

“Te amo tanto, que jamás te dejo y habito en ti continuamente.”

 “Gracias por tu bondad de habitar en mí, pero no estoy tan contenta, estaría más contenta y me sentiría más segura si yo pudiese habitar en Ti.”

 “Yo no quiero aspirar a nada sino solamente a amarlo y cumplir perfectamente su santo Querer.”

 “Señor, haz que sea toda tuya y que esté siempre, siempre contigo y que jamás me separe de Ti; pero mientras yo esté contigo no permitas que yo sea aguijón que te amargue, que te dé fastidio, que te dé disgustos, sino puntal que esté en Ti para sostenerte cuando estás cansado y oprimido, que te consuele cuando estés fastidiado de las otras criaturas.”

 “Mira cómo te amo de más y cómo crece mi amor, que sólo por amor tuyo me someto a este duro sacrificio y por cuan duro, otro tanto puedo decir que te amo, y pensando que puedo decir a mi Jesús que lo amo de más, siento la fuerza para cumplir el sacrificio de obedecer.”

 “¿Cómo es posible distraerse estando contigo? ¿Acaso no queda mi voluntad toda absorbida en Ti?”

 “Señor, tenme siempre estrechada contigo, porque soy demasiado pequeña, y si no me tienes estrechada, siendo pequeña puedo extraviarme.”

 “Aleja de mí a las criaturas, me siento muy oprimida, no sé qué cosa encuentran o quieren de mí, ten piedad de la violencia que me hago continuamente para entretenerme contigo en mi interior y con las criaturas en el exterior.”

“No puedo más, ¿cómo puedo vivir sin mi Vida?

 ¡Qué paciencia se necesita sin Ti! ¿Cuál será la virtud que podrá inducirlo a venir?” 

“No tengo nada más, todo es sólo amor por Ti.”

 “Ya estoy estrechada contigo, es más, fundida, y si somos una sola cosa, yo dejo mi ser en ti y tomo el tuyo. Por tanto, te dejo mi mente y tomo la tuya, te dejo mis ojos, mi boca, mi corazón, mis manos, mis pies...

 Oh, cuán feliz seré de ahora en adelante, pues pensaré con tu mente, miraré con tus ojos, hablaré con tu boca, te amaré con tu corazón, obraré con tus manos, caminaré con tus pies, y si alguna cosa me sucede de contrariedad, diré: “Mi ser lo dejé en Jesús y tomé el suyo... id con Jesús, Él responderá por mí”.

 “Tú dices que por amor me privas de ti, y yo por amor tuyo acepto tu privación, por amor tuyo no lloro”

 “En todos los momentos, en todas las horas, quiero siempre amarte con todo el corazón. En todas respiraciones de mi vida,respirando te amaré; en todos los latidos de mi corazón, repetiré  amor, en todos los movimientos de mi cuerpo sólo abrazaré el amor. Sólo de amor quiero hablar, sólo al amor quiero mirar, sólo al amor quiero escuchar, siempre quiero pensar en el amor. Sólo de amor quiero arder, sólo de amor quiero consumirme, sólo el amor quiero gustar, sólo al amor quiero contentar, quiero vivir sólo de amor, y en el amor quiero morir. En todos los instantes, en todas las horas, quiero llamar a todos al amor; sola y siempre con Jesús y en Jesús viviré siempre, en su Corazón me abismaré y junto a Jesús y con Corazón, amor, amor, te amaré”.

 ¡Oh!, Amor tú solo me entiendes, tú solo me comprendes; mi silencio te dice más que las palabras, y amando se aprende a amar. El amor me inviste, el amor me levanta, me lleva al trono de mi Hacedor, amor me enseña la Sabiduría Increada y me conduce al Eterno Amor, y allí fijo mi morada, vida de amor viviré en tu corazón; te amaré por todos. Jesús séllame toda de amor dentro de tu corazón; córtame las venas, y en vez de sangre, haz fluir amor; quítame la respiración y haz que respire aire de amor; quémame los huesos y las carnes y téjeme toda de amor, el amor me transforme, el amor me conforme, el amor me enseñe a sufrir contigo, el amor me crucifique y me haga toda semejante a ti”.

 Quisiera a Jesús en la mente, a Jesús en los labios, a Jesús en mi corazón; quisiera ver sólo a Jesús, sentir sólo a Jesús, estrecharme sólo con Jesús.

Quiero hacerme una con Jesús, entretenerme con Jesús, llorar con Jesús, escribir con Jesús. Sin Jesús no quiero ni siquiera respirar. Me estaré como una bebita llorona sin hacer nada para que Jesús venga a hacer todo junto conmigo, y me contentaré con ser su juguete abandonándome a su amor, a sus castigos, a sus cruces, a sus amorosos caprichos..., siempre y cuando todo lo haga junto con Jesús.

 “Te beso con el beso de tu Querer. Tú no estás contento si te doy sólo mi beso, porque quieres el de todas las criaturas y yo, por eso, te doy el beso de tu Querer, porque en Él encuentro a todas las criaturas y en alas de tu Querer tomo todas sus bocas y te doy el beso con el beso de tu amor, a fin de que no con mi amor te bese, sino con tu mismo amor y así sientas el contento, la dulzura y la suavidad de tu mismo amor en labios de todas las criaturas, de manera que atraído por tu mismo amor te obligue a dar tu beso a todas las criaturas”.

 “Toma todo lo que quieras para ti a mí déjame sólo tu corazón” “lo que es de Jesús es mío” y Yo diré “lo que es tuyo es mío”. 

“Jesús, todo lo derramo en ti, para poderlo hacer no en mi Voluntad sino en la tuya” y Yo inmediatamente derramo mi obrar en ti”.

 “Jesús, ámame mucho, porque yo no amo a nadie, sino sólo a ti, ni nadie me ama a mí, y si parece que alguien me ama es por el bien que le llega, no por mí; así que entre mi amor y el tuyo no hay ningún otro amor en medio”.

 “Jesús, te amo, pero mi amor es pequeño, por eso te amo en tu amor para hacerlo grande; quiero adorarte con tus mismas adoraciones, rezar en tu oración, agradecerte en tus agradecimientos, etc.”. 

“Ven, Vida mía, sin ti me siento agonizar, pero no para morir, sino para siempre agonizar; ven, no puedo más...” 

“Amor mío, en tu Querer encuentro todas las generaciones y yo a nombre de toda la familia humana te adoro, te beso, te reparo por todos; tus llagas, tu sangre las doy a todos, a fin de que todos encuentren su salvación y... si las almas perdidas no pueden ya recibir el provecho de tu Santísima Sangre, ni amarte, yo la tomo para hacer lo que deberían hacer ellas; no quiero que tu amor quede en algo defraudado por parte de las criaturas, por todos quiero suplir, por todos quiero repararte, amarte, adorarte... desde el primer hombre hasta el último que vendrá”. 

“Sólo tu Querer me queda, no tengo nada más, todo ha desaparecido para mí...”.

 “Amor mío, todo en tu Querer: mis pequeñas penas, mis oraciones, mi latido, mi respiro, todo lo que soy y puedo, unido a todo lo que eres Tú, para dar el debido crecimiento a los miembros de tu cuerpo místico”.

 “¿Qué tienes Jesús, que no me hablas? Si Tú me eres vida, tu palabra me es alimento y yo no puedo estarme en ayunas, soy muy débil y siento  la necesidad continua del alimento para crecer y mantenerme fuerte”.

 “Amor mío, en tu Querer lo que es tuyo es mío, todas las cosas creadas son mías, el sol es mío y yo te lo doy en reciprocidad para que toda la luz y el calor del sol, en cada gota de luz y de calor te diga que yo te amo, te adoro, te bendigo... y te pido por todos. Las estrellas son mías... y en cada centellear de estrella sello mi te amo, inmenso e infinito, por todos. Las plantas, las flores, el agua, el fuego, el aire... son míos, y yo te los doy en reciprocidad, para que todos ellos te digan y a nombre de todos: Te amo con aquel amor eterno con el que nos creaste...”.

 “Finalmente te he encontrado; ahora no te dejo más. Tú me haces esperar mucho y yo sin ti quedo sin vida, y sin vida no puedo estar, por eso ahora ya no te dejo más”.

 ¡Oh Santa Voluntad Eterna, tráeme a mi Sumo Bien, a mi Todo! 

“También el sueño en tu Voluntad; no quiero otra cosa que tomar el verdadero reposo en los brazos de tu Querer”.

 “¡Ah, amor mío, haz que de todo mi ser no salga más que amor, alabanza, reparación, bendición hacia ti!”.

 “Hazme rezar en tu Querer para que mi palabra, multiplicándose en Él, tenga por cada palabra de cada criatura una palabra de oración, de alabanza, de bendición, de amor, de reparación.  Quisiera que mi voz elevándose entre el Cielo y la tierra absorbiera en sí todas las voces humanas para dártelas a ti en homenaje y gloria según Tú quisieras que la criatura se sirviera de la palabra”.

 “Entro en tu Querer, es más, dame Tú tu mano y ponme Tú mismo en la inmensidad de tu Voluntad para que nada haga que no sea efecto de tu Santísimo Querer”. Ah, estrellas!, gritad fuerte, haced resonar mi “te amo”, para que Jesús, oyéndolo, venga a su pequeña hija, a la pequeña exiliada...

 ¡Oh, Jesús, ven! Dame la mano, hazme entrar en tu Santo Querer para que llene toda la atmósfera, el cielo azul, la luz del sol, el aire, el mar, todo, todo, con mi “te amo”, con mis besos, para que en cualquier lugar donde Tú estés, si miras, mires mi “te amo” y mis besos; si oyes, oigas mi “te amo” y el chasquido de mis besos; si hablas y respiras, respires mis “te amo” y mis besos angustiados; si obras, en tus manos corran mis “te amo”; si caminas, pises mi “te amo” y oigas el rumor de mis besos bajo tus pies... Mi “te amo” sea la cadena que te jale hacia mí y mis besos sean imán potente que, quieras o no quieras, te fuercen a visitar a aquella que no puede vivir sin ti”.

 “Ven, vuelve a tu pobre exiliada, a tu pequeña recién nacida que no puede vivir sin ti”. “Yo no hago nada, es el Querer Divino que me lleva entre sus brazos, por lo tanto toda la gloria es de su adorable Voluntad”. 

 “Tú, que quieres y deseas que tu Voluntad se haga, ayúdame, asísteme, e infundeme a cada instante tu Querer a fin de que ninguna otra cosa pueda tener vida en mí”. 

“Ten piedad de mí, no me abandones, ven, resurge en mi pequeña alma, inmersa en las amargas aguas de tu privación”, “Vengo a adoraros, a bendeciros y a agradeceros por todos, vengo a atar a vuestro Trono todas las voluntades humanas de todas las generaciones, desde el primero hasta el último hombre, a fin de que todos reconozcan vuestra Voluntad Suprema, aun las almas perdidas reconozcan su poder, las almas de los bienaventurados gocen infinitamente y las criaturas presentes y futuras, sin excepción ninguna, la adoren, la amen y le den vida en sus almas”. 

“Oh, Majestad Suprema, en este vacío inmenso están todas estas criaturas, y yo quiero tomarlas todas para ponerlas en vuestro Santísimo Querer, para que todas vuelvan al principio del cual salieron, es decir, a vuestra Voluntad, por eso vengo en vuestros brazos paternos, para traeros a todos vuestros hijos, mis hermanos, y atarlos todos con vuestra Voluntad; y yo a nombre de todos y por todos quiero repararos y daros el homenaje y la gloria como si todos hubieran hecho vuestra Santísima Voluntad. Pero ¡ah, os ruego que ya no haya más separación entre Voluntad Divina y voluntad humana! Es una pequeña niña la que os pide esto, y a los pequeños yo sé que Vosotros no sabéis negar nada”. 

 “Creador mío y Padre mío, mi Jesús y mi Eterno Amor, mirad todas las cosas y de parte de todas las criaturas escuchad que os dicen que os aman, por lo tanto en todas partes está el “te amo” para Vosotros, Cielos y tierra están llenos. ¿Y ahora Vosotros no concederéis a la pequeña niña que vuestra Voluntad descienda en medio de las criaturas, que se haga conocer, que haga paz con la voluntad humana y tomando su justo dominio, su lugar de honor, ninguna criatura haga más su voluntad, sino siempre la Vuestra?”.

 “Gran Dios, haced descender vuestra Voluntad a la tierra a fin de que el pecado no tenga más lugar, es la voluntad humana la que produce tantas ofensas que parece que inunda toda la tierra de pecados; vuestra Voluntad será la que destruya todos los males, por eso os pido que contentéis a la pequeña hija de vuestra Voluntad, que no quiere otra cosa que vuestra Voluntad sea conocida, amada y que reine en todos los corazones”. 

“Majestad Suprema y Creador de todas las cosas, esta pequeña niña viene a vuestros brazos para deciros que toda la Creación, a nombre de todas las criaturas os da no sólo la correspondencia del amor, sino también la de la justa gloria por tantas cosas creadas por Vosotros por amor nuestro. En vuestra Voluntad, en este vacío inmenso, he girado por todas partes para que todas las cosas os glorifiquen, os amen y os bendigan, y ya que he puesto en relación el amor entre Creador y criatura, que la voluntad humana había roto, y la gloria que todos os debían, haced descender vuestra Voluntad a la tierra a fin de que vincule y reafirme todas las relaciones entre Creador y criatura, y así todas las cosas retornen al orden primero establecido por Vosotros. Pero hacedlo pronto, no tardéis más, ¿no veis cómo está llena de males la tierra?

 Sólo vuestra Voluntad puede detener esta corriente, sólo vuestra Voluntad puede poner a salvo la tierra, vuestra Voluntad conocida y dominadora”.

 “Te amo” en el acto de descender del Cielo para encarnarte e imprimo mi “te amo” en el acto en que fuiste concebido en el seno purísimo de María Virgen, “te amo” en la primera gota de sangre que se formó en tu Humanidad, “te amo” en el primer latido de tu Corazón para así sellar todos tus latidos con mi “te amo”; “te amo” en tu primer respiro, “te amo” en tus primeras penas, “te amo” en tus primeras lágrimas derramadas aún en el seno materno; quiero corresponder a tus oraciones, tus reparaciones, tus ofrecimientos con mi “te amo”, cada instante de tu vida lo quiero sellar con mi “te amo”.

 “Te amo” en tu nacimiento, “te amo” en el frío que sufriste, “te amo” en cada gota de leche que bebiste de tu Mamá Santísima.

 Quiero llenar con mis “te amo” los pañales con los que tu Mamá te envolvió; extiendo mi “te amo” en aquella tierra en que tu querida Mamá te recostó en el pesebre y donde tus ternísimos miembros sintieron la dureza de la paja, pero más que la de la paja, la dureza de los corazones. Sello mi “te amo” en cada gemido, en las lágrimas y penas de tu infancia; hago correr mi “te amo” en todas las relaciones, comunicaciones y  amor que tuviste con tu Inmaculada Mamá; “te amo” en sus ternísimos besos, en todas las palabras que dijiste, en el alimento que tomaste, en los pasos que diste, en el agua que bebiste; “te amo” en el trabajo que hiciste con tus manos, “te amo” en todos los actos que hiciste en tu vida oculta. Sello con mi “te amo” cada acto interior tuyo y cada pena que sufriste. Extiendo mi “te amo” en los caminos que recorriste, en el aire que respiraste, en todas las predicaciones de tu vida pública. Mi “te amo” corra en la potencia de los milagros que obraste, en los Sacramentos que instituiste, en todo, mi Jesús, aun en las fibras más íntimas de tu Corazón imprimo mi “te amo”, por mí y por todos. Tu Querer me hace todo presente y no quiero dejar escapar nada en que no esté impreso mi “te amo”. La pequeña hija de tu Querer siente el deber de que, si otra cosa no sabe hacer, al menos tengas un pequeño “te amo” mío por todo lo que has cumplido por mí y por todos, y por eso mi “te amo” te siga en todas las penas de tu pasión, en todos los escupitajos, desprecios e insultos que te dieron; mi “te amo” selle cada gota de sangre que derramaste, cada golpe que recibiste, cada llaga que se formó en tu cuerpo, cada espina que traspasó tu cabeza, cada dolor acerbo de la Crucifixión. En las palabras que pronunciaste en la Cruz hasta en tu último respiro quiero imprimir mi “te amo”. Quiero envolver toda tu vida, todos tus actos con mi “te amo”. En todo lo que Tú tocaste, viste y oíste, mi continuo “te amo” no te deja jamás, pues tu mismo Querer es la vida de mi “te amo”. ¿Pero sabes qué quiere esta pequeña 108 Libro de Oraciones en la Divina Voluntad niña? Quiere que ese Querer Divino de tu Padre, al que tanto amaste e hiciste en toda tu vida en la tierra, se haga conocer por todas las criaturas para que todas lo amen y cumplan tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra. La pequeña niña quisiera vencer en amor a fin de que des tu Voluntad a todas las criaturas. Ah, haz feliz a esta pobre pequeñita que no quiere otra cosa que lo que quieres Tú: que tu Voluntad sea conocida y reine en toda la tierra... 

“Vengo a dar la correspondencia de amor por todo lo que hace el Santificador a los santificantes, vengo a entrar en el orden de la Gracia para poderos dar la correspondencia del amor como si todos se hubieran hecho santos, y a repararos por todas las oposiciones y por todas las faltas de correspondencia a la gracia”. 

“Espíritu Santificador, hazlo pronto, os suplico, os imploro: Haced conocer a todos vuestra Voluntad, a fin de que, conociéndola, la amen y reciban vuestro primer acto de su santificación completa, el cual es vuestra Santísima Voluntad”.

 “Amor mío, regresa a tu pequeña hija, ¿no ves que no puedo más? ¡Ay, a qué duro martirio sometes mi pobre existencia con privarme de ti!”. “Lo que es tuyo, es mío, y lo que es mío es tuyo: sean dados gloria, honor y amor a mi Creador”. 

“Hago una sola cosa, hago siempre la Voluntad de Dios y vivo en Ella; este es todo mi secreto”

 “Majestad Suprema, vengo en nombre de todos, del primero al último hombre que ha de existir en la tierra, a daros todos los homenajes, las adoraciones, las alabanzas, el amor que toda criatura Os debe, y a haceros todas las reparaciones por todos y por cada pecado”. 

“Amor mío, uno mi inteligencia a la tuya, para que mis pensamientos tengan vida en los tuyos y, difundiéndose en tu Querer, circulen en cada pensamiento de las criaturas; y elevándonos juntos en presencia de nuestro Padre Celestial, le presentaremos los homenajes, la sumisión, el amor de cada pensamiento de las criaturas y alcanzaremos que todas las inteligencias creadas se reordenen y armonicen con su Creador”. 

“Amor mío, gracias por tanta bondad tuya para conmigo, pero siento que es demasiado lo que quieres darme; siento un peso infinito que me oprime y mi pequeñez e incapacidad no tienen fuerza ni aptitud; temo que pueda desagradaros y no sea capaz de abarcar todo: id a cualquier otra criatura más capaz, a fin de que todo este capital de tu Suprema Voluntad pueda estar más seguro y Tú puedas recibir todo el interés equivalente a un capital tan grande. Yo nunca había pensado en una responsabilidad tan enorme, pero ahora que me la haces comprender siento que las fuerzas me faltan y me da temor mi debilidad”. 

“Jesús, vida mía, ten piedad de mí, mírame cuán llena estoy de defectos y cuánta maldad hay en mí”.

 “Majestad Suprema, tu pequeña hija se presenta delante de ti, en tus rodillas paternas, para pedirte tu Fiat, tu reino, que sea conocido por todos; te pido  el triunfo de tu Querer, para que domine y reine sobre todos. No soy la única que te lo pide, sino conmigo tus obras, tu mismo Querer; por eso en nombre de todos te pido, te suplico tu Fiat.

 ‘Venga tu reino, ¡ah! haz que sea conocido, amado y poseído por las generaciones humanas.’ “Queremos el reino del Fiat Supremo, lo queremos reinante, dominante en medio de nosotros.”

 “Soberana Señora, vengo a esconder mi pequeño amor en el gran mar de tu amor, mi adoración a Dios en el inmenso océano de la tuya, mis agradecimientos los escondo en el mar de los tuyos, mis súplicas, mis suspiros, mis lágrimas y penas, los escondo en el mar de los tuyos, a fin de que el mío y tu mar de amor sean uno solo, mi adoración y la tuya sean una sola, mis agradecimientos adquieran la grandeza de tus mismos confines, mis súplicas, lágrimas y penas se vuelvan un solo mar con el tuyo, a fin de que también yo tenga mis mares de amor, de adoración, etc., a fin de que así como tu Alteza Soberana consiguió con éstos al suspirado Redentor, así también yo me presento con todos estos mares delante a la Majestad Divina para pedirle, para rogarle insistentemente el reino del Fiat Supremo. Mamá, Reina mía, debo servirme de tu misma vía, de tus mismos mares de amor y de gracias para vencerlo y hacerle ceder su reino sobre la tierra, como lo venciste Tú para hacer descender al Verbo Eterno. ¿No quieres Tú ayudar a tu pequeña hija, dándome tus mares para que Libro de Oraciones en la Divina Voluntad 111 pueda obtener que pronto venga el reino del Fiat Supremo sobre la tierra?”

 “Jesús mío, amor mío, jamás sea que yo dé este dolor a tu adorable Voluntad, Tú me ayudarás, me darás más Gracia y yo estaré más atenta para recibir este reflejo, este eco que hace tu Santa Voluntad en toda la Creación para corresponder con el mío.” 

‘Lo quiere Dios, lo quiero yo, y si no lo quiere, tampoco lo quiero yo.’ 

‘Amo a mi Dios como se ama a Sí mismo y amo a todos y hago todo el bien que hace mi Creador a toda la familia humana’

 “Mira, no estoy yo sola en pedirte, sino que te ruega el cielo con las voces de todas las estrellas, el sol con la voz de su luz y de su calor, el mar con su murmullo, todos te piden que venga tu Querer a reinar sobre la tierra, ¿cómo puedes resistirte y no escuchar tantas voces que te ruegan? Son voces inocentes, voces animadas por tu misma Voluntad que te piden.” 

‘Doy a Dios todo, aun a Dios mismo, porque viviendo en su Querer Dios es mío, los cielos son míos, el sol y todo lo que ha hecho este Fiat Supremo es mío, por lo tanto siendo todo mío, todo puedo dar y todo puedo tomar?’ 

‘Todo lo hiciste para mí, mucho me amaste y me amas, y yo todo, todo quiero convertir en amor para Ti.’

 ¡Oh! Voluntad de Dios, cómo eres admirable, potente y deseable. ¡Ah! con tu imperio vence a todos, hazte conocer y ríndenos todos a Ti.

 “Jesús mío, ven, regresa, tu pequeña hija te llama en el mar, te llamo junto con la vastedad de estas aguas, con su murmullo, te llamo en el serpentear de los peces, te llamo con la Potencia de tu misma Voluntad que en este mar se extiende; si no quieres escuchar mi voz que te llama, escucha las tantas voces inocentes que se desprenden de este mar que te llaman.

 ¡Ah! no me hagas más penar que no puedo más.” 

“Amor mío y vida mía, tu Voluntad tiene virtud de multiplicar tu Vida por cuantos seres existen y existirán sobre la tierra, y yo en tu Querer quiero formar tantos Jesús para darte todo entero a cada una de las almas del purgatorio, a cada bienaventurado del Cielo, a cada uno de los vivientes sobre la tierra.” 

“¡Oh! cómo quisiera recibir aquel acto primero de la creación, aquel desahogo divino de intenso amor que vertió sobre la primera criatura cuando la creó, quisiera recibir aquel aliento omnipotente para poder dar nuevamente a mi Creador todo el amor y toda aquella gloria que había establecido recibir de la criatura.” 

“Cielo me has dado y cielo te doy, sol me has dado y sol te doy, mares y prados floridos me has dado y mares y prados floridos te doy; todo lo que has hecho para mí en la Creación y Redención  tu Voluntad lo repite en mí, de modo que todo te puedo dar, como todo me has dado.’ 

“Tu Querer envuelve todo, y ¡oh! cómo quisiera que así como el sol surge e inviste de luz a toda la tierra, así el Sol de tu Voluntad surja en las inteligencias, en las palabras, en los corazones, obras y pasos de todas las criaturas, a fin de que cada una de ellas sienta surgir en sí el Sol de tu Fiat, y haciéndose investir por su Luz, todos la hagan dominar y reinar en sus almas.”

 “Trinidad adorable, hazlo pronto, no tardes más, te pedimos que tu Querer descienda a la tierra, se haga conocer y reine en ella como en el Cielo.” 

“Amor mío, Jesús, te pongo el ejército de todos tus actos en torno a Ti, e invistiendo tus palabras, tus latidos, tus pasos, tus penas y todos tus actos con mi te amo, te pido el reino de tu Voluntad. Escucha, oh Jesús, si no me escuchas por medio del ejército de tus actos que te ruegan, te apresuran, ¿qué otra cosa podría hacer para moverte a concederme un reino tan santo?” 

“Jesús mío, hago mía la unidad de tu Querer para suplir a aquella unidad que perdió mi padre Adán cuando se sustrajo de Él, y para suplir a todos aquellos actos que no han hecho en la unidad de Él todos sus descendientes.” 

“Amado pequeño, haz conocer a todos tu Querer Divino, hazlo salir de dentro de tu pequeña Humanidad, a fin de que tome su dominio y forme su reino en medio a las criaturas.”  

“Te ofrezco todos los homenajes de la luz del sol con todos sus efectos, símbolo de tu luz eterna, la gloria de la inmensidad de los cielos, y así de todo el resto.’

 “Amor mío, no hay acto que Tú haces en que mi te amo no te siga para pedirte por medio de tus actos el reino de tu Voluntad; mi te amo te sigue dondequiera, en los pasos que das, en las palabras que dices, en la madera que trabajas, y mientras golpeas la madera golpeas el querer humano, a fin de que sea destruido y resurja tu Querer Divino en medio a las criaturas; mi te amo corre en el agua que bebes, en el alimento que tomas, en el aire que respiras, en los ríos de amor que pasan entre Tú y tu Mamá y San José, en las oraciones que haces, en tu latido ardiente, en el sueño que tomas. ¡Ah, cómo quisiera estar cerca de Ti para susurrarte al oído: “Te amo, te amo, haz que venga tu reino!”

 “Jesús, amor mío, quiero dejar todo mi ser en tu Fiat para poder encontrarme en todas las cosas creadas para adornarlas con mi ‘te amo.’ Es más, quiero poner mi corazón en el centro de la tierra y conforme palpita así quiero abrazar a todos sus habitantes y siguiendo todos sus latidos con mi te amo, quiero darte el amor de cada uno de ellos, y conforme se repite mi latido desde dentro del centro de la tierra, así quiero poner mi te amo en todas las semillas que encierra en su seno, y en cuanto despunten estas semillas y se formen las plantas, las hierbas, las flores, así quiero poner mi  te amo para poderlas ver encerradas en mi te amo a Jesús.”

 “Cómo quisiera el amor y las oraciones de la Soberana Señora y de todos los santos en mi poder, para poder amar y rezar a Jesús con el amor de Ella y con sus oraciones y con las de todo el Cielo.” 

‘Quiero unirme con los pensamientos de Jesús, con las palabras, con las obras y pasos, para alinearme junto con sus pensamientos, con sus palabras, etc., sobre cada uno de los pensamientos, palabras, obras y pasos de las criaturas, para repetir junto, por todos y por cada uno lo que hizo Jesús con sus pensamientos, palabras y todo lo demás que hizo; no hay cosa que hayas hecho que no quiera hacer yo, para repetir el amor y el bien que hizo Jesús.’

 “En tu Querer siempre te he amado, aun antes de que todas las cosas existieran.” 

“En tu Voluntad tomo en mis brazos la Creación toda, el cielo, el sol, las estrellas y todo, para llevarlos delante a la Majestad Suprema como “¡Oh Voluntad Divina, cómo eres potente! Tú sola eres la transformadora de la criatura en Dios. ¡Oh Voluntad mía, Tú sola eres la destructora de todos los males y la productora de todos los bienes! ¡Oh Voluntad mía, Tú sola posees la fuerza raptora, y quien se hace raptar por ti se vuelve luz, quien por Ti se hace dominar es la más afortunada del Cielo y de la tierra, es la más amada por Dios, es aquélla que todo recibe y todo da.” esta pequeña hija del Querer Divino viene a postrarse a tus pies para festejar tu Concepción y darte los honores de Reina, y junto conmigo llamo a toda la Creación a hacerte corona, a los ángeles, a los santos, al cielo, a las estrellas, al sol y a todos a reconocerte por nuestra Reina y honrar y amar tu nobleza, y a declararnos todos súbditos tuyos, ¿no ves oh Madre y Reina Celestial cómo todas las cosas creadas corren en torno a Ti para decirte: “Te saludamos Reina nuestra, finalmente después de tantos siglos hemos tenido a nuestra Emperatriz.” Y el sol te saluda Reina de la luz, el cielo Reina de la inmensidad y de las estrellas, el viento Reina del imperio, el mar Reina de la pureza, fuerza y justicia, la tierra te saluda Reina de las flores, todos en coro te saludan: “Eres la bienvenida, nuestra Reina, Tú serás nuestra sonrisa, nuestra gloria, nuestra felicidad, de ahora en adelante todos estaremos atentos a tus ordenes.” “Cielo me has dado, estrellas, sol, mar, y yo todo te lo devuelvo como correspondencia de mi amor.” ‘La Madre de Jesús es mi Madre, y esta Madre tan dulce, amable, amante, nos da a cada uno a su Hijo amado como prenda de su amor materno.’ “Jesús mío, tu pequeña hija no siente la fuerza de dejarte solo, quiero ponerme cerca de Ti, y si no sé hacer otra cosa te susurraré al oído:‘te amo, te amo’; por tu soledad, oraciones y lágrimas dame el reino de tu Querer, hazlo pronto, ve como el mundo se precipita, tu Fiat lo pondrá a salvo.”  ‘No quiero conocer mi voluntad, te la entrego en don, quiero por vida solamente a tu Querer Divino’ “Jesús, Amor mío, mi felicidad para mí eres Tú, todas las otras cosas no tienen ningún atractivo para mí.” “Majestad adorable, escucha, te ruego, el cielo, las estrellas, el sol, el viento, el mar y toda la Creación, te piden que tu Fiat venga a reinar sobre la tierra, haz que una sea la voluntad de todos.” “Te amo, haz que mi te amo sea dulce cadena que atando al eterno Fiat lo atraiga, lo violente para hacerlo venir a reinar sobre la tierra.” “Majestad adorable, vengo ante Ti para traerte el modesto interés de mi te amo, te adoro, te glorifico, te agradezco, te bendigo, para darte mi pequeño interés porque me has dado un cielo, un sol, un aire, un mar, una tierra florida y todo lo que has creado para mí. Tú me dijiste que cada día quieres hacer las cuentas conmigo y recibir éste mi modesto interés para estar siempre de acuerdo, y tener al seguro en el pequeño banco de mi alma toda la Creación, dada a mí por Ti como pequeña hija de tu Querer.” ‘Majestad adorable, si estuviera en mi poder quisiera también yo crearte un cielo, un sol, un mar, y todo lo que Tú creaste, para decirte que te amo con tu mismo Amor y con tus mismas obras, porque el amor que no obra no se puede llamar amor, pero como tu Querer Divino me hizo don de todo lo que creaste, yo te lo doy nuevamente para decirte que te amo, te amo.’ 

 “¡Oh! cómo quisiera tener un cielo, un sol, un mar, una tierra florida y todo lo que existe, todo mío, para poder dar a mi Creador un cielo mío, un sol que fuese mío, un mar y una floritura, que le dijeran te amo, te amo, te adoro.” 

“Pongo mi te amo sobre cada pensamiento de criatura, a fin de que en cada pensamiento pida el dominio del Fiat Divino sobre cada inteligencia.”

 ‘Todo puedo, a todo puedo llegar, porque me siento transmutada en la Divina Voluntad que ha desterrado de mí las debilidades, las miserias, las pasiones; mi misma voluntad felicitada por la suya, quiere beber a grandes sorbos su felicidad divina, y no quiere saber nada más que de vivir de Voluntad Divina.’ 

“Amor mío, tenme estrechada entre tus brazos, no me dejes más, porque sólo en tus brazos me siento segura y no tengo miedo de nada, Jesús, piedad de mí, Tú que sabes lo que pasa en mi alma, no me abandones.” 

“Quiero entrar en el sol para encontrar la Divina Voluntad obrante en su luz para darle todo lo bello, lo puro, lo santo, la potencia que puede tener una voluntad humana obrante en su luz; quiero entrar en el azul cielo para abrazarlo y darle mi voluntad obrante en la vastedad de los cielos, en la multiplicidad de las estrellas, para darle la gloria, el amor de un cielo, y tantos actos profundos de adoración por cuantas son las estrellas.”

  “Jesús mío, Amor mío, mi ‘te amo’ corra en tu latido, en tu respiro, sobre tu lengua, en tu voz, hasta en las más pequeñas partículas de tu adorable persona.” 

“Quisiera ser cielo para poder extender en todos y por todas partes, y en todos los puntos, y sobre todos, mi amor, mi adoración, mi gloria hacia mi Creador; quisiera ser sol y tener tanta luz de llenar cielo y tierra y convertir todo en luz, y en esta luz tener mi grito continuo: te amo, te amo.” 

‘Te he dado todo, incluso a Ti mismo, no tengo más que darte.’ “¡Oh! Querer Santo, sé tú la Vida, el Actor y el Espectador de todos mis actos, a fin de que resurgiendo todos en Ti, puedan ser la llamada a todos los actos de las criaturas para hacerlos resurgir en tu Fiat, a fin de que su reino se extienda en todas las criaturas.” 

“Quiero entrar en el sol para vaciarlo del amor que Dios puso en Él por amor de las criaturas, y sobre las alas de su luz volverlo a llevar a mi Creador como correspondencia de mi amor; quiero vaciar el viento, para llevarle la correspondencia del amor impetuoso, del amor gimiente, dominante, a fin de que impere sobre el corazón divino para arrebatarle el reino de la Divina Voluntad sobre la tierra; quiero vaciar el cielo del amor que contiene para volver a darle el amor que no termina jamás, que jamás dice basta, para tomarlo por todos lados y llevarle la correspondencia de amarlo por todas partes y en todos.”

  ‘Cuántas cosas bellas has creado para mí, para dármelas como dones y prendas de vuestro Amor, y yo haciéndolas mías te las doy nuevamente como dones y prendas de mi amor por vosotros.’ 

“En el amor continuo consumo mi vida para hacer revivir a Aquél que incesantemente amo.”

 ‘Soy un acto solo de Voluntad Suprema, todo el resto no es otra cosa que los efectos de su Luz.’

 ‘En vuestro Querer tengo vuestro Amor en mi poder, por tanto puedo amaros mucho, mi amor no es disímil del vuestro, así que puedo amaros cuanto os amáis Vosotros mismos; tengo vuestras obras en mi poder para glorificaros, y vuestros pasos en los míos para recorrer el mismo camino que Vosotros recorristeis en busca de todas las criaturas, para conducirlas a todas delante de vuestra adorable Majestad.’

 ‘Tú te has agotado por mí, tanto, que no puedo contener lo que me has dado, así también yo me agoto por Ti.’ 

‘Cómo estoy contenta y feliz, puedo deciros que vuestra Inmensidad es vuestra y mía, y os amo con amor inmenso, con amor potente, a mi amor no le falta nada, ni vuestra Santidad, ni vuestra Bondad, ni vuestra Belleza que todo rapta, vence y obtiene.’ 

‘Mi morada está en Dios, ni sé, ni conozco otra cosa sino a mi Creador.’ “Te amo por medio de tus obras, las cuales están preñadas de tu Amor, y me enseñan a amarte.” 

“¡Oh! cómo quisiera el amor, la adoración de Adán inocente, para poder también yo amar a mi Dios con el mismo Amor con el cual amó a la primera criatura creada por Él 

‘Todo tu Amor es mío, y yo lo pongo en acto de rogarte que hagas venir el reino de tu Voluntad sobre la tierra. Tu Santidad es mía, tu Luz, tu Bondad, tu Misericordia es mía, no es mi pequeñez que te ruega, no, sino tus mares de Potencia, de Bondad que te ruegan, que te presionan, que te asaltan, y quieren tu Voluntad reinante sobre la tierra.’

 ¡Oh! Voluntad Divina, cómo eres admirable y potente, sólo Tú tienes la virtud de unir cualquier distancia y desemejanza con nuestro Padre Celestial, me parece que es propiamente esto el vivir en Ti, sentir la 

‘Soy pequeña, no me es dado el encerrar y contener toda tu Inmensidad, pero tal cual Tú eres, tal soy yo, tu Divina Voluntad te ha encerrado en mí, y te amo con tu mismo Amor, te glorifico con tu Luz, te adoro con tu Santidad, todo puedo dar porque poseo a mi Creador.’ 

‘Has venido a mi casa y yo debo ir a tu casa, por eso Tú haz lo que quieras en mí, y a mí me dejarás hacer lo que quiero en Ti.’ 

“Estoy en mi puesto de honor, hago mi oficio, soy un acto continuo de Voluntad Divina, puedo decir que soy nada, que hago nada, pero hago todo, porque hago la Divina Voluntad.”

 ‘No conozco otra cosa, ni amo, ni quiero, sino sólo al Querer Divino, porque su Unidad me tiene encerrada dentro.” 

¡Oh! Voluntad Divina, cómo eres admirable, eres toda mía, me haces crecer en Ti, por todas partes te encuentro, me amas siempre hasta formar la vida de mi vida

 ‘La Voluntad de Dios es la mía, lo que quiere Dios quiero yo, lo que hace Dios hago yo.’

 ‘Estoy dotado de los actos de mi Mamá Reina, y por sello me los ha investido con sus triunfos y victorias que hizo con su Creador.’ ‘Dios es mío, todo es mío, no me puede escapar porque su Fiat Omnipotente lo tiene atado en mí.”

¡Oh Voluntad Divina, cómo eres amable, solamente Tú me sabes amar de verdad y sólo en Ti encuentro el refugio a todos mis males! “Te amo en la Potencia y Amor inmenso del Padre, con el Amor interminable del Espíritu Santo, te amo con el amor con el cual te aman todos los ángeles y santos, te amo con el amor con el cual te aman o deberían amarte todas las criaturas presentes, pasadas y futuras, te amo por todas las cosas creadas y con aquel amor con el cual las creaste.” 

‘Padre mío, has velado y vigilado demasiado, ya estás cansado, repósate, y para hacer que tu reposo te sea dulce, repósate en mi amor y yo me pondré en vela, tomaré tu puesto junto a las almas,  tal vez tenga éxito en hacerte encontrar alguna cuando te despiertes! ‘Tú eres Luz, y yo te honro, te adoro, te amo con la misma luz con la cual me creaste.’ + + +

MODOS DE FUNDIRSE EN LA DIVINA VOLUNTAD

 17-43 Mayo 17, 1925  Continúa diciendo otros modos de fundirse en la Divina Voluntad, para dar la correspondencia a nombre de todos de amor...